Me he llevado una gran alegría cuando me he enterado que el Atlético va a ser el rival del Elche en la Copa del Rey. Hemos rozado el gordo, pero a pesar de que no haya caído Real Madrid y Barcelona, que estaban en la retina de todos, tenemos la suerte de que podremos visitar el Metropolitano Wanda. Personalmente no lo conozco y deseaba hacerlo. Me invitaron a su inauguración, por mi pasado rojiblanco, y no puede ir. Ahora, no me lo pierdo. Ya me despedí hace unos meses del Vicente Calderón, rodeado de amigos como Gárate o Pereira, y qué mejor que estrenarme en el coliseo rojiblanco con el Elche como protagonista. Será un partido bonito de ver y sentir, sobre todo para la sufrida afición franjiverde que necesitaba una alegría como esta para olvidar otros sinsabores. Creo que es una eliminatoria para disfrutar y pasarlo bien. En la ida, en el estadio Martínez Valero, habrá que ser competitivos y hacerles sufrir un poco. Sin olvidar, que por encima de todo, el objetivo del Elche es la Liga y el volver a Segunda División lo antes posible. La Copa hay que tomarla como un premio y cuanta menos gasolina se gaste, mucho mejor.