Mágica palabra que hoy lo envuelve todo. Innovar es crear, trabajar en lo que te gusta es creativo, si eres creativo, tu sueldo es mayor; si tu trabajo es crear cada día, ir a trabajar te motiva. Si empiezas en un garaje tu proyecto siempre podrás, al menos, contarlo.

Creatividad se aplica a los trabajos que, de alguna manera, se proyectan a la sociedad, pero hoy en día son tantas las aplicaciones de esa creatividad que se usa para todo. Parece fácil ser creativo en una agencia de comunicación o de publicidad, en un estudio de arte, en un medio, o incluso en una empresa de marketing digital. Pero ¿cómo ser creativo en una óptica, en un banco, en una institución, en un comercio de alimentación o en una tienda de muebles o moda?: Pensando.

Las estrategias no son solo para los políticos y sus campañas electorales. Las estrategias valen para todo y para todos. Y todos somos capaces de innovar, mejorar e inventar. Se puede ser creativo en la estética, en los modos, en los recursos humanos, en una factura, en una tarjeta, en un claim, en tu discurso ( story telling) de tu negocio o proyecto. Puedes mejorar tu realidad pensando y adquiriendo técnicas creativas. O, ¿no les parece que aplicar la creatividad al sexo es casi siempre positivo? O, ¿no creen que algo de creatividad no le vendría bien en sus relaciones con su familia, con sus hijos adolescentes o con sus empleados o con su jefe? En realidad, la creatividad conlleva una estrategia creativa, eso es lo que funciona y tiene sus claves.

Se puede aplicar la creatividad a nuestra ciudad, podríamos repensarla sin que el día a día nos impida ver el futuro. Podríamos dedicarle un tiempo colectivo a reflexionar sobre ella, sin enfrentamientos estériles, en positivo.

¿Se podría crear un foro amplio por Alicante donde se expusieran los grandes y pequeños temas con ideas de progreso, sacar propuestas que nos enriquezcan a todos y que nos guíen en qué, cómo y dónde hacer?

¿Podría el gobernante cambiar su despacho por una mesa redonda muy grande, tanto como gente quiera sentarse en ella, desde una posición de igual, como la leyenda artúrica, en busca de la verdad, de la ayuda mutua y de encontrar caminos para mejorar nuestro entorno? Crear un Camelot, que no un camelo, donde reine la buena disposición y el diálogo. ¿Podríamos darnos cuenta de que esto es urgente? De que ciudades de nuestro entorno tienen una estrategia trazada y saben cuál es su objetivo final y sus pasos van hacia ello inexorablemente y en positivo.

Aquí estamos viendo cómo perdemos el preciado tiempo sin guía, sabiendo que esto, entre tres, no sale ni a tiros, viendo cómo las iniciativas se truncan y los trenes pasan, sin ideas que mejoren nuestra realidad y con miles de cosas que hacer que ni se saben y por tanto ni se plantean.

El otro día un amigo con negocio en el polígono de Aguamarga me decía: «Escribe uno sobre ¿hay vida después de la OAMI?». Ese polígono tiene una falta de mantenimiento tal que los matojos de los márgenes impiden la visión de la carretera y va a haber una desgracia un día de estos. ¿Alguien recuerda que esto es término municipal de Alicante?