El empresariado está demostrado que podemos ser el ejemplo del que el ser humano es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra. Aun sabiéndolo, aun viendo la piedra y aun sabiendo que sólo habría que rodearla para no dejarse los dedos en otro encontronazo. Porque los dedos, esa ínfima parte del cuerpo son esenciales para poder caminar. Por ello, despreciar las cosas por su volumen, su grandeza o su prestancia es una manera de volver a tropezar. De caer y de impedir otra vez dar pasos certeros. Algo así hace la CEV con el resto de entidades provinciales: cree que puede caminar sin entender que otros órganos territorialmente más concretos y reducidos son esenciales para caminar. Pero caminar juntos.

En COEPA, desde los últimos meses en los que cogí las riendas de esta institución, hemos sorteado muchas piedras, grandes piedras. Algunas incrustadas en el riñón, dentro de nosotros mismos, porque no todo lo que se hizo se hizo bien. Pero a estas alturas, salvando las barreras judiciales que nos caen y las que nos ponen, podemos entender que desde esta entidad no vamos a volver a cometer los mismos errores ni a tropezar con las mismas piedras.

La hoja de ruta de COEPA tiene su objetivo final en volver a ser el máximo órgano de representación empresarial de la provincia de Alicante y para ello ha tenido que ir solucionando poco a poco cuestiones que parecían de todo insalvables. Un objetivo que no va contra nadie, sino en la defensa de un territorio, de las necesidades de un sector del empresariado de la Comunidad Valenciana que tiene problemas propios al de otros territorios.

No podemos olvidar que además de las provincias en esta comunidad tenemos como referencias las comarcas y precisamente nuestra entidad, por su proximidad, tiene un conocimiento profundo de las singularidades propias de cada una de ellas. También, no se puede obviar, como en un principio está haciendo la CEV que cada sector tiene sus problemáticas y que en muchas ocasiones difieren de un territorio a otro. Por ejemplo, podemos hablar en este aspecto del turismo residencial.

Por ello, desde COEPA estamos trabajando en una hoja de ruta que ha tratado de sortear todas y cada una de las piedras posibles, intentando hacer las cosas de otra manera para no acabar siempre en lo mismo. Un camino que ha demostrado a otras entidades empresariales que hay alternativas al modelo anterior al que COEPA no quiere volver a parecerse.

Lo hemos demostrado en el tratamiento de nuestros empleados, en la administración de los pasivos de nuestra entidad, en la relación con el conjunto de nuestros asociados, en la interconexión con la sociedad en la que nos asentamos o superando viejos escenarios con el acercamiento entre COEPA Y CEPYME.

De hecho, en comparación con la ahora extinta Cierval, nuestra situación y nuestra forma de actuar ha sido más exitosa para todas las partes afectadas que la mostrada por la anterior confederación autonómica. Cierval sigue tropezando con la misma piedra, y quienes pretenden ser sus herederos en los cielos, la CEV, choca y vuelve a chocar contra ella, ciego de prisa por hacerse con el legado que nadie le atribuyó.

El problema no es que la CEV quiera ser entidad de referencia en la Comunidad Valenciana. El problema es no darse cuenta que un pie sin dedos, de tanto tropezar con errores y grandes piedras del pasado, no puede caminar. Caído el pulgar, la estabilidad se pierde en todo el cuerpo. La CEV está olvidando a sus dedos, su gran error de hoy y de ayer es obviar un factor determinante como el territorial. Y querer acaparar el todo sin contar con las partes.

Y contar con las partes permite abandonar la convivencia basada en el conflicto. Ese ya fue uno de los errores, una de las grandes piedras en el seno de COEPA en el pasado. Hoy en vías de solucionar, sin temor a que cada uno mantenga y sostenga su autonomía, la riqueza de sus matices en la percepción de los problemas y en la defensa de que la riqueza de las miradas fortalecen a todos.

Nuestros colegas que pretenden colonizar toda la Comunidad Valenciana desde la CEV, sin dejar respirar las miradas provinciales, viven en la persistencia de un conflicto territorial que muchas veces se genera para ocupar un espacio de iniciativas, alternativas y propuestas que, en caso contrario, se demostraría vacío.

Para evitar esta situación de conflicto, desde COEPA hemos tendido siempre la mano y todavía la estamos tendiendo porque queremos el entendimiento entre todos. Porque sabemos que tropezar muchas veces con la misma piedra no deja el camino abierto, sino un pie magullado sin fuerzas para caminar. No volvamos a cometer los errores del pasado, los tropiezos del presente. Saltemos por encima, para no tropezar eternamente sin avance alguno.

La CEV no puede nacer manca, sin sus manos de Alicante y Castellón, que conforman un cuerpo concreto.

Desde el principio COEPA ha tendido la mano, con propuestas, que aunque algunos digan descabelladas, eran viables y sobre todo y lo más importante, hacía que está entidad pudiera cumplir con sus compromisos de pago, ya sean a proveedores o a trabajadores. Si COEPA ahora se lava las manos y no cumple lo que pacto... donde queda la credibilidad de los empresarios alicantinos.

Hay que dejar atrás viejas formas, viejas rencillas y ponerse a trabajar en una confederación donde haya cabida para todos y sobre todo haya una representación que de verdad sea el reflejo de la sociedad. COEPA está dispuesta y la CEV.... ¿lo esta?