La Purísima, Patrona de Torrevieja, se ha «desmoronao». Me refiero al mesana (el palo de popa) del velero Pascual Flores de mis penas porque lo que es de alegrías... ni una.

El problema es que también pueden venirse guardabajo el resto de vírgenes: «La Virgen del Carmen y la Virgen del Rocío», el mayor, y el trinquete, los dos restantes palos del pailebote, que nunca ha navegado pero lo tiene todo bautizado. El motivo de este bochornoso estropicio de dinero público está en la madera utilizada en su construcción: la compraron a precio de saldo, al igual que la de la cubierta.

En este pueblo ya nada nos sorprende, y los torrevejenses amantes del mar y de las tradiciones locales, se han tomado el episodio entre la indignación y la chufla.

En esta ciudad, hasta hace pocos años, en muchas casas de planta baja que se derribaban aparecía el palo sobre el que se asentaba la teja redonda y las cubiertas. Palos que ya habían navegado. Un siglo después resistían también para sostener una casa. Afortunadamente la madera del casco, las cuadernas, el codaste, la proa y la quilla del Pascual Flores las adquirió el calafate constructor de la embarcación, pero se ve que cuando estaba a punto de concluirse la nave, la empresa a la que el Ayuntamiento adjudicó el contrato debió pensar que era mucha madera de calidad y poco margen. Y optó por aquello de quien venga atrás que arree. Y eso que la recreación del barco nos costó cerca 5 millones de euros (oficiales).

Porque la «Operación Pascual Flores», desde la adquisición, de su original inservible en Bristol en 1999 (viaje de cargos públicos y acompañantes incluido y memorable bienvenida con banda de música al puerto de Torrevieja incluidos) hasta nuestros días, ha sido como el rey Midas: Todo lo que tocaba se convertía en oro, aunque si además caían algunas migajas tampoco importaba. Me recuerda lo del Pascual Flores a lo que pasó con el Santa Petra, otro velero del que se cuenta que al calafate le faltó madera y no tuvo más remedio que acortar la eslora. Total, que aquel barco tenía la popa más fea que uno se pueda imaginar y además era muy lento. Salía de Torrevieja rumbo a Barcelona y los desperdicios que generaba llegaban al mismo tiempo que la nave al puerto de la Ciudad Condal.

Lo grave es que no se le ve la proa al futuro del pailebote. Las únicas millas náuticas que ha realizado desde su finalización allá por 2007-2008 fueron a Algeciras, a motor, para comprobar su estado y luego volvió para quedarse otra vez expuesto al público, sin poder ser visitado... y porque se hizo y se hace un uso diario de las bombas de achique para evitar que se hunda. El motivo de aquel viaje era endosárselo a la Fundación Nao Victoria, que vinieron con buenas intenciones, pero que finalmente no quisieron hacerse cargo del muerto si no «amollaba» el coste de las reparaciones el Ayuntamiento. Después de más de 15 años de gestionar el Partido Popular todo lo relacionado con este dislate, bastante trabajo tiene la actual corporación con que no se vaya a pique (del todo). Y dice Joaquín Albaladejo que el gobierno de coalición ha hundido el barco. Toma castaña. Debía de recordar el diputado nacional por el PP ese refrán tan popular que dice: «Que cada palo aguante su vela», pero se ve que eso no va con el Pascual Flores.

El mar, que siempre aportaba beneficios a las gentes de Torrevieja (tras un trabajo durísimo), desde la llegada de la vorágine urbanística y lo del turismo residencial, se ha convertido en un oscuro objeto de deseo y especulación. Ahí tenemos la última. La Delimitación de Usos y Espacios del Puerto de Torrevieja. Nos dijeron que lo estaba elaborando la Generalitat (que es la que manda sobre el puerto). Teniendo en cuenta las veces que lo anunció la coalición de gobierno y el tiempo que tardaron (más de un año y medio), pensábamos que estaban allí, en la Dirección General de Puertos, un grupo de funcionarios en una oficina dale que te pego, venga a revisar y darle vueltas a qué hacían con el Puerto de Torrevieja, pero el trabajico lo ha hecho en realidad una consultora externa en dos vistazos y con errores de bulto. Pero han confirmado lo importante: El arrinconamiento de los pescadores y la actividad industrial de la salinera al dique de Poniente (ya le dice el Consell a la salinera que nunca van a necesitar más suelo concesionado porque ya no van crecer más).

Los pescadores han alegado. Es tarde. No lo hicieron con la suficiente fuerza en 2007 (eran otros tiempos para dar la cara, ¿verdad?). Fue cuando concesión de una tercera marina deportiva terminó por ocupar la dársena natural de la flota pesquera. En aquel momento el PP defendió que los pescadores se fueran al dique de Poniente... y la oposición, ahora en el gobierno, que se quedaran...