El tripartito de Alicante, como siempre está en fase de combustión espontánea y practican aquello de que cuantas menos explicaciones, mejor; ayer convirtieron un pleno que se presumía soporífero -sobre alegaciones e inversiones sostenibles- en una marimorena. Todo por el cuadro con el retrato del Rey que pendía en la pared del Salón de Plenos sobre los bancos de la oposición. Ayer no estaba, lo habían quitado. No dieron explicación alguna y el PP, que de una chispa está dispuesto a hacer una hoguera en Alicante, pensó en Cataluña, en el tripartito alicantino, y tembló de cólera imaginando ansias de república independiente también aquí, en la terreta. La explicación a la ausencia en el pleno municipal del monarca in vigilando, vía retrato, es porque ha quedado dañado por las filtraciones de agua, una cuestión posible y hasta banal, pero como el tripartito prefirió asegurar que estaba «podrido», la palabra puso fácil en las redes sociales todo tipo de exabruptos y comentarios. Felicidades, pocos son capaces de dar tanto de sí con un simple retrato.
