Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Niños de hoy

Modernidades

Parece que andamos tan ávidos de novedades, que hacemos cualquier cosa por no anquilosarnos, rutinizarnos, aburrirnos, abuelarnos. Y en esta especie de carrera hacia lo moderno, perdemos parte de la experiencia acumulada, de la escucha a los mayores, del saber colectivo, quedando expuestos a unas modernidades que no siempre son tan auténticamente nuevas.

Así descubrimos que al «empuje por vivir resurgiendo de la adversidad», se le llama ahora resiliencia, como si acabara de inventarse el concepto al teñirlo con una palabra desconocida, trasladada del vocabulario científico. (Resiliencia es la capacidad que tienen algunos minerales de volver a su estado anterior después de sufrir un impacto o deterioro). O que al hecho de estar totalmente «atentos a un pensamiento o sentimiento en el momento presente», se le bautiza con el nombre de mildfulness. Por poner algún ejemplo.

Para este blanqueo semántico tomamos palabras de disciplinas específicas, de otros idiomas, (sobre todo del inglés), o bien las fabricamos con el fin de que nos suenen más contundentes y magníficas que las de todos los días. Incluso añadimos tintes de actualidad reforzando con prefijos «innovadores» algunas buenas voces al uso: reinventar, retomar, repensar, empoderar, megaimportante, hiperactivo?

A mí estos «hallazgos» a veces me cogen por sorpresa, como me pasó con el baby led wearning, del que tuve noticia por unos padres jóvenes, que me comentaron que «su hijo se alimentaba con un método muy innovador». ¿Y cómo es?, les pregunté, manifestando mi total ignorancia: «Pues que no toma la comida triturada, como se hacía antes, la toma aplastada o a pedacitos. Es una forma de comer mucho más sana y natural, hace que se fortalezcan los músculos de la boca y la mandíbula, que se utilicen pertinentemente las muelas, que se noten las consistencias y los sabores, ?»

Se me escapó una sonrisa. Estaban describiendo la forma de darle de comer a un niño pequeño que se ha venido utilizando toda la vida. Es decir, antes del antes que ellos conocían. Antes de la batidora, y hasta del pasapurés? Pero como el método tenía el nombre en inglés, un halo de novedad significativo, y además alguien lo había promocionado como algo revolucionario y actualísimo, se veía como un movimiento rabiosamente renovador.

Otra de las palabras que me llamó al asombro fue la gamificación, anglicismo que deriva de game (juego), y que viene a ser la utilización de juegos electrónicos con fines educativos. Así por un lado se desmerece el juego libre, que supuestamente no enseña nada, sino que hace perder el tiempo, y por otro se contamina la actividad lúdica de objetivos pedagógicos, dejando de ser el placentero jugar por jugar tan necesario y liberador para los niños.

Hay un concepto que aprendí hace ya años en unos cursos de teatro que impartían unos actores italianos. Ellos nos hablaban de flatus voci (palabras vacías), refiriéndose con eso a un hablar falseado que mantiene el tono de una elocución o un diálogo, pero que realmente no dice nada, es una pura apariencia. Me acuerdo que los alumnos practicábamos diciéndonos los números unos a otros, o repitiendo un nombre, pero haciendo un tono como si habláramos de verdad. En la escena teatral eso se oía como un «ruido de habla», que quedaba en un segundo término, de fondo, y se le otorgaba el significado de gente hablando.

Pues justamente a estas palabras vacías me suenan a mí las relucientes palabritas con vestidos recién estrenados que parece que quieren hablarnos de algo nuevo y lo que hacen es simplemente expresar de otra manera conceptos ya conocidos. Lo que no sé descifrar es si esta moda indica hartazgo, inquietud, aburrimiento, falsos deseos de cambio o una compulsión imparable a buscar primicias, aunque sea disfrazando de asuntos genuinos cosas ya conocidas.

Y me vendría bien saberlo. Siempre he sido aficionada a las palabras, me gusta averiguar de dónde vienen y adónde van, conocer sus matices, su historia, sus recovecos, saber qué connotaciones traen, qué significados transmiten. Pero esto es otra cosa, es disfrazarlas, hincharlas, camuflarlas, desvirtuarlas, o sustituirlas por otras, cuyo único mérito visible es que tienen el carnet de ser inéditas. Menudo chasco estas modernidades.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats