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Análisis

El enjambre empresarial y el Club de los 70

Las dos grandes instituciones económicas de Alicante afrontan procesos de cambio que amenazan con alterar sus estructuras

1. El enjambre. En los últimos días de la primavera de 2016, a escasas semanas de las fiestas de Hogueras, la patronal de empresarios de Alicante vive el momento más crítico de su historia. Abandonada por la Generalitat; ahogada por las deudas; y (lo más grave) precipitada hacia la indiferencia de la población y de las instituciones, Coepa bordea la desaparición.

Años de dependencia política y una organización desastrosa la alejan de todo aquello que puede salvarla. Nadie la defiende en público. Ni la autonómica Cierval ni la CEOE ni los propios miembros de la directiva, salvo su presidente, Francisco Gómez. Cristóbal Navarro, dirigente de Cepyme, durante años una extremidad más de Coepa, aunque con estructura autónoma, pide su refundación. Los políticos se suman a esta corriente de opinión, desde el alcalde de Alicante a la Conselleria de Economía. Convenientemente expuestos en los medios de comunicación, el jaleo y la presión dañan tanto la imagen del empresariado alicantino que Gómez y Navarro resuelven, por primera vez en meses, adoptar una decisión sensata.

Entre mayo y junio del año pasado, ambos convocan en territorio neutral, la sede del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), un calendario de reuniones para activar el big bang de la patronal, mantenga o no el nombre de Coepa. A excepción del presidente provincial del comercio (Facpyme), Antonio Saez, que sólo acude al primer encuentro, los asistentes son siempre los mismos. Gómez, por Coepa; Navarro, por Cepyme; el presidente de los promotores inmobiliarios (Provia), Antonio José Fernández; el expresidente de Cepyme, Juan José Sellés, con fama de dialogante y persona de consenso, convocado por el anfitrión y responsable de Ineca, Perfecto Palacio, que lleva un par de años sonando para presidir casi todo. Y lo más importante: asiste también el presidente del metal (Fempa), Guillermo Moreno, prueba concluyente de que el intento de pacificación va en serio.

Fempa, entidad fundadora de Coepa, ha sido durante años la pesadilla de la patronal al destapar, con pruebas, las irregularidades cometidas en la confederación. Todos son conscientes de que la unidad no es posible sin el metal (junto al comercio, la federación con más peso en representatividad sectorial y con la maquinaria mejor engrasada). De informar a las otras dos grandes asociaciones (hoteleros y zapateros, ascendidos a lobbies autonómicos alejados hace tiempo de estas guerras de guerrillas), ya se encargaría Francisco Gómez.

Al cabo de seis reuniones, se elabora un borrador y se concluye que la nueva entidad no debe liderarla ninguno de los generales que llevan años disparándose entre sí. Ni Gómez ni Navarro ni Moreno. Se piensa en Perfecto Palacio, empresario con recursos, serio, con prestigio, sin mácula. Casi le convencen. Sin embargo, horas después de haber concluido la última reunión, decide no dar el paso porque considera que no confluyen suficientes factores que garanticen el éxito de la operación.

En plenas Hogueras, Francisco Gómez y Cristóbal Navarro se hacen la foto de la unidad. En el racó que cada año dispone el dueño de Vectalia y directivo de Coepa y AVE, Antonio Arias, ambos comparten mesa e invitan a periodistas económicos de Alicante. El presidente de Fempa se entera por los periódicos. El metal no ha sido convocado a esa comida de hermandad. Fempa se enfada. Ahí os quedáis, les viene a decir Guillermo Moreno.

En su particular cremá, la refundación de Coepa pasó ese día a mejor vida. Un año después, el metal, los hoteleros y el calzado han acabado integrándose en la nueva patronal autonómica, la CEV, nacida de los rescoldos de Cierval. Coepa y Cepyme siguen donde estaban en la primavera se 2016, por más que la primera haya salvado su proceso concursal.

2. La Cámara. La otra gran institución empresarial de la provincia anda más relajada, aunque es cuestión de tiempo que a más de uno le entren los nervios. La Cámara de Comercio inicia en otoño un proceso de elecciones que culminará doce meses después con la designación de presidente y la renovación del pleno. El actual mandatario, Juan Bautista Riera, que sustituyó como interino a Enrique Garrigós, ya ha anunciado que quiere continuar en el cargo. Tendrá 71 años si renueva mandato. Perfecto Palacio (otra vez Palacio) ya se ha visto con Riera para anunciarle que también quiere liderar la institución. En una comida en el mes de junio a la que sólo ellos acudieron, uno pidió al otro y el otro pidió al uno que no se pusieran obstáculos en el camino hacia el cargo principal de la institución. Desde que el pasado 6 de julio en la Noche de al Ecomomía Alicantina, Riera anunciara su decisión de seguir en el puesto, el presidente de Ineca no ha vuelto a mover ficha.

Al margen de los candidatos, las elecciones van a crear a la Presidencia de la Generalitat un problema incómodo que jamás pretendió, pero que obliga al Consell a tomar partido en la batalla empresarial que Alicante mantiene con Valencia. Entre los 40 miembros que componen el pleno cameral, ocho se aseguran el puesto en función de la cantidad económica que aportan. En ese grupo recalan siempre las grandes empresas nacionales que no entran en estos líos (Mercadona, El Corte Inglés,...). Hasta cubrir todos los puestos, doce de ellos se los reserva Coepa, pero los nombra la patronal autonómica. En las anteriores elecciones era Cierval, pero Cierval ya no existe. Ahora se llama CEV y no es más que la conversión en regional de lo que antes era la patronal provincial valenciana. Al Consell, que tutela el proceso, no le queda otra que admitir a la CEV como confederación autonómica, reconocimiento al que se oponen con virulencia desde una parte importante del empresariado de Alicante.

Lejos de calmar la aguas, el hecho también amenaza con alterar la relaciones entre Coepa y la Cámara de Comercio, que ha pasado más o menos de puntillas en esta otra guerra.

3. El Club de los 70. La edad no es obstáculo para que una institución funcione correctamente o incluso mejor de lo exigible, pero presidir cualquier organización una vez rebasada sobradamente la edad de jubilación, envía mensajes nada positivos a las generaciones posteriores, que andan pidiendo paso. No sin ironía, los empresarios más jóvenes se refieren al conjunto de las grandes asociaciones e instituciones económicas de la provincia como el Club de los 70.

Juan Bautista Riera afronta con 70 años las elecciones de la Cámara de Alicante. La misma edad le ronda al presidente de Coepa, Francisco Gómez; al de la Federación del Metal, Guillermo Moreno; al de Facpyme, Antonio Saez; o al de la Institución Ferial Alicantina, José Luis Gisbert.

Curioso. Hasta ahora, lo habitual era poner en cuestión la ética y no la estética.

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