La mayoría de los electores tienen intención de votar al PSOE o, al menos eso dicen, el 19,1% de los encuestados por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en el barómetro de opinión de julio. Son dos puntos mas de los que votarían hoy al PP. Cuando pregunta por la simpatía hacia un partido u otro la diferencia es mayor: más de cuatro puntos. La intención directa de voto más la simpatía la da al PSOE el 22,2; al PP lo deja en segundo lugar con el 18,7%. Luego sigue Podemos que, con sus distintas marcas, suma el 15,7 y Ciudadanos, con un 10,6%, es el cuarto en las preferencias. El CIS hace una estimación de voto, como es habitual, en la que el PP ganaría con el 28,8% de los votos válidos, seguido del PSOE con un 24,9; Podemos, un 20, y Ciudadanos el 14,5%. La «cocina» del CIS es la que más suele acercarse a los resultados. Es el efecto Sánchez. Incluso con los datos favorables de la estimación, en el PP deben estar preocupados, y por el contrario en el PSOE estarán como unas castañuelas, aunque intenten moderarse. Eso sí, los que defenestraron a Sánchez tienen difícil explicarlo. Lo que hicieron entonces y esto.

Con estos pronósticos sin duda gobernaría Pedro Sánchez, por lo tanto Mariano Rajoy intentará completar la legislatura hasta el 2020 y no convocar elecciones anticipadas a menos que los hados demoscópicos se volvieran claramente favorables. Tiene ya aprobados el presupuesto de 2017 y el techo para 2018. Para 2019, el PNV, después de lo conseguido con el cupo, exigirá gestionar la Seguridad Social: es su vieja reivindicación dividir la caja única de la Tesorería. Hay que confiar en que Rajoy no lo acepte y complete 2019 con el presupuesto prorrogado. Llevaría las elecciones al final casi de la legislatura, y con la gran ventaja de que Pedro Sánchez no es diputado y eso le quita titulares y presencia en los medios. Va a ser una contienda larga y en distintos campos.

El primer «campo electoral» son los abstencionistas. Un ingrediente fundamental en la «cocina» del CIS, en mi opinión, es la abstención. El voto en blanco y la abstención es de la izquierda, y casi en su totalidad de antiguos votantes socialistas. Tienen su preferencia de voto, su simpatía, pero no acuden a votar. Por el contrario, hay un voto oculto de derechas -entre otras cosas por la corrupción-, pero que luego va a votar. Este es otro de los ingredientes seguro de la «cocina». El PP tiene que intentar que se celebren los juicios que tienen pendientes sus conmilitones y los electores se olviden cuanto antes de las fechorías. El PSOE tras primarias y congresos tiene que mantener ilusionados a sus electores. La herramienta principal serán las autonómicas y municipales de 2019.

El barómetro nos dice que las mujeres votan mayoritariamente al PSOE. Son las más críticas con la situación política y económica actual con su evolución y con las expectativas a un año. En conocimiento y valoración de líderes, Sánchez es el líder nacional más valorado y de forma destacada entre las mujeres. Los principales problemas son como para todos, el paro y la corrupción, y además los temas de sanidad y educación, mientras los hombres se refieren al sistema de partidos. Los hombres se definen como liberales o progresistas, mientras las mujeres dicen ser socialistas, feministas y ecologistas. En la escala izquierda y derecha ambos se sitúan algo más a la izquierda que en el sondeo anterior, pero los hombres tienen opciones más polarizadas en los extremos, mayor dispersión; mientras que las mujeres concentran más su autodefinición política. Ese radicalismo masculino se muestra también cuando refieren a quien «no votarían nunca».

El PP tiene a su electorado más fiel y apasionado entre los mayores de 64 años. Registra la mayor aceptación de la gestión del Gobierno, del liderazgo, menor rechazo, intención de voto y simpatía, etcétera, a pesar de lo que ha llovido con las pensiones. El PSOE tendrá que intentar explicárselo. El PSOE y el PP tienen más simpatizantes en las ciudades pequeñas. A diferencia del sondeo anterior, el PSOE le supera en todas excepto en las de entre 400.000 y un millón de habitantes. Ahí, ahora supera y aumenta la ventaja con Podemos que antes le ganaba, es el mayor trasvase de votos al PSOE. Estos son los sectores y campos para las próximas contiendas políticas.