Pablo Berger es un director de cine bilbaíno conocido por su filme Torremolinos 73, que es una comedia dramática basada en hechos reales, y por el melodrama ambientado en los años veinte cuyo título es Blancanieves, que vino a ser una versión libre e imaginativa del popular cuento de hadas de los hermanos Grimm.

Estrena ahora película a la que da título esa palabra a la que se atribuyen propiedades mágicas, es decir, Abracadabra, protagonizada por Maribel Verdú, Antonio de la Torre y José Mota, narrando una historia en clave de comedia negra, en la que una ama de casa del barrio de Carabanchel, en Madrid, descubre un día que su marido parece estar poseído por un desconcertante espíritu, iniciando una búsqueda de ayuda que resulta disparatada y estrambótica, para intentar un retorno a la anterior situación.

Termina la película y surge la pregunta: ¿cómo interpretáis vosotros lo que hemos visto? Y se suceden las diferentes versiones de lo presenciado, y mientras observo lo distintos que somos en lo que observamos, reflexiono en que la vida de una persona es lo que sus pensamientos hacen de ella, y que las cosas son lo que pensamos respecto de las mismas, pues realmente la vida de un ser humano es el resultado de sus pensamientos y cada hombre es lo que piensa, pues su personalidad viene a ser la suma de sus pensamientos.

Y es por ello que tenemos que ser cuidadosos con lo que ponemos en nuestra mente, procurando intenciones optimistas de vigor y fortaleza que darán paz y felicidad a nuestra vida.

Y con la idea de que nuestros pensamientos condicionan en gran medida nuestro estado de salud mental, y de que lo que pensamos de nosotros mismos y de nuestra experiencia crea la percepción de la misma, queda claro que para cambiar aquello que no nos gusta tenemos que modificar nuestros pensamientos, procurándolos sanos, optimistas y alegres.

Y como ahora me toca a mí decir lo que pienso, lo hago señalando que la película Abracadabra me parece cómica y divertida, y que me gusta la magia, el asombro y la ilusión, y que el filme no me parece completo, pero sí una atrevida obra que va más allá de la simple comedia, y que se presta, como muchas otras cosas en la vida, o quizá como todas, a diferentes interpretaciones. Termina mi turno y paso palabra, y el siguiente amigo, colega, vecino, empieza diciendo: Pues, fijaos, que yo pienso que...