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El poder del agua fría

¿Sabían que la inmersión en agua fría activa los poderes curativos naturales del cuerpo, con el fin de aliviar los síntomas de muchas condiciones médicas y promover una sensación de salud y bienestar? Y cuando se practica de forma regular puede proporcionar beneficios en los sistemas inmunológico, linfático, circulatorio y digestivo.

Pues bien, vayamos por partes. El sistema linfático, como muchos y muchas de ustedes ya saben, consiste en una red de vasos que recorre todo el cuerpo y ayudan a llevar los residuos, bacterias y microbios de las células, con el fin de sanear el organismo. Pero, éste, a diferencia de la sangre, que se mueve constantemente a través del cuerpo hacia el corazón, no tiene una bomba central. En su lugar se basa en la contracción muscular, para bombear el líquido linfático a través de los vasos. De esta forma, si, por ejemplo, no hacemos ejercicio, los fluidos se estancan y las toxinas se acumulan, lo que trae como consecuencia un sinfín de malestares e, incluso, patologías. De ahí que la inmersión en agua fría haga que los vasos linfáticos se contraigan, forzando al sistema linfático a bombear fluidos por todo el cuerpo y al lavado de los residuos fuera de la zona afectada.

Pero, además, la inmersión en agua fría también mejora la circulación cardiovascular, ya que puede estimular el flujo sanguíneo. De esta manera, el corazón se ve obligado a bombear más eficazmente, empujando la sangre a través de los vasos y al suministro a todas las partes del cuerpo, con el oxígeno y los nutrientes que necesita.

Pero no terminan ahí sus propiedades. También reduce de manera significativa la inflamación muscular. Por una parte, disminuye la temperatura del tejido dañado y, por la otra, contrae los vasos sanguíneos. Esto ayuda a reducir la inflamación e incluso puede adormecer las terminaciones nerviosas para tener alivio inmediato a cualquier dolor.

Y, ya por último, señoras y señores, aumenta los niveles de felicidad. ¡Como lo oyen! Un estudio de investigación encontró que las duchas frías pueden ayudar a tratar los síntomas de depresión. La razón se debe a la estimulación de la transmisión dopaminérgica. El agua fría provoca una inundación de los neurotransmisores del estado de ánimo de estimulación que te hacen sentir feliz. Con todas estas valiosas propiedades, ¿no les parece que vale la pena hacer un esfuerzo y acostumbrarse a una ducha diaria en agua fría?

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