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Sobre "amigables componedores"

El argumento esgrimido por los abogados de Urdangarín en su recurso ante el Tribunal Supremo

En su recurso ante el Tribunal Supremo contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca que lo condena a seis años y tres meses de prisión por diversos delitos, los abogados de Urdangarín argumentan que su patrocinado se limitó a actuar como "amigable componedor" de intereses ajenos y por tanto merece ser absuelto. La excusa ha dado pie a comentarios que van desde el asombro a la broma pero en el fondo es una línea de defensa coherente con la que en su momento utilizó con éxito su esposa, la Infanta Cristina, para evadir su responsabilidad en el "caso Noòs". Al parecer, ella no se enteraba de lo que hacían los administradores de las sociedades en las que era partícipe y se limitaba a firmar lo que le ponían delante en la confianza de que todo estaba en regla. Igual o parecida argumentación que la que exhibió Jordi Pujol Ferrusola ante el juez al negar que se hubiera prevalido de influencias familiares para cobrar comisiones ilícitas ya que su participación en el negocio no pasó nunca de la que corresponde a un simple "dinamizador empresarial". Una figura que seguramente equivale en el mundo financiero a lo que representa un "animador cultural" en el de la farándula. O dicho de otra forma, aquellos individuos que estimulan a empresarios retraídos a la inversión a que pierdan el miedo.

Los hallazgos literarios de expresiones como "amigable componedor" o "dinamizador empresarial" tienen ilustres antecedentes en la novela picaresca española, donde abundaban las alcahuetas, esto es aquellas personas que actúan como mediadoras o encubridoras de relaciones amorosas o sexuales irregulares. En el capítulo primero de "La Vida del Buscón llamado don Pablos", de Quevedo, reconoce el pícaro segoviano que su madre reedificaba doncellas como zurzidora, o componedora, de virgos. Transcurridos los años, la virginidad ha perdido su antigua importancia y ahora lo que corresponde a los modernos alcahuetes es reedificar la fama de los pícaros zurciendo su deteriorado buen nombre. Una tarea complicada teniendo en cuenta el nivel que ha alcanzado la golfería. Está por ver si el argumento de los abogados de Urdangarín es tomado en consideración por los magistrados del Supremo y sirve para absolverlo o rebajarle la pena. En cualquier caso, la expresión me recuerda la figura de los "hombres buenos" en la resolución de los conflictos. En septiembre de 1972 tuvo lugar en Vigo una huelga general en protesta por el despido de unos trabajadores de Citroen que habían reclamado una jornada menos exigente. La amplia respuesta ciudadana, pararon hasta los autobuses urbanos, preocupó al régimen franquista y la Organización Sindical nombró a Posada Cacho como "hombre bueno" para mediar en un conflicto que acreditó la fuerza del sindicalismo clandestino.

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