La consellera de Sanidad, Carmen Montón, no ha logrado en la provincia de Alicante su anhelo de acabar con el Plan de Choque, que se usa para reducir la lista de espera de intervenciones quirúrgicas en los hospitales públicos a fuerza de derivar enfermos a clínicas y hospitales privados. El PP favoreció el trasvase de dinero público a la sanidad privada y el PSOE defiende que la atención privada sea la mínima. Pero 6.000 pacientes alicantinos se trataban en los centros privados al año y 6.000 alicantinos se siguen tratando pagados con dinero público. Llama la atención que el número de enfermos derivados al sector privado represente casi la mitad del total de la Comunidad Valenciana. ¿Hay más enfermos en Alicante que en Valencia? Ni mucho menos. La explicación hay que encontrarla en el hecho de que los hospitales aquí tienen menos plantilla y menos camas que allí. El Hospital General de Alicante y el de Sant Joan son los que más derivaciones realizan a la sanidad privada. El primero tiene 200 camas menos de las que tenía, ha pasado de 900 a 700, y el segundo tiene una plantilla milagrosa que pese a ser la mitad de la del primero solo atiende a 30.000 pacientes menos. Para sacar el máximo rendimiento a los quirófanos sería necesario aumentar las plantillas en un 30%, pero no habría camas suficientes. La solución: construir un tercer hospital en la comarca de l'Alacantí o ampliar los dos ya existentes o seguir pagando a las clínicas y los hospitales privados.
