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Antonio Sempere

En pocas palabras

Antonio Sempere

En pantalla grande

Allá va un dato para la historia. La serie La peste, de Alberto Rodríguez, será la primera producción nacional que se incluya en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián fuera de concurso. Y no será la única serie producida por Movistar que se pondrá de largo (nunca mejor aplicada la expresión, ponerse de largo, exhibirse en idéntica pantalla en la que se exhiben los largos). Vergüenza, comedia de Juan Cavestany, también podrá verse, completa, dentro de Zabaltegi.

Debemos acostumbrarnos a una excepcionalidad que va a convertirse en habitual. La Seminci de Valladolid abrirá su gala inaugural con lo nuevo de Isabel Coixet, La librería. Pero si de verdad quiere continuar a la vanguardia del audiovisual, debería fichar, si no lo ha hecho ya, a Cesc Gay (que presentó Truman en San Sebastián), y estrenar su serie Félix. Dicho estreno prestigiaría, y de qué modo, el certamen. Además, de este modo la Seminci volvería a sus orígenes, incorporando de nuevo la sección «La serie del año », gracias a la cual los espectadores vallisoletanos pudieron ver en pantalla grande, y antes que nadie, las series de oro de TVE. Ahora estas series de prestigio van a llegar, con cadencia mensual, a Movistar+, y no conviene dejarlas pasar. Pero si Paolo Sorrentino ya paseó El joven Papa por festivales. Con un éxito tan rotundo que a los pobres que no nos queda otra que verla en una pantalla de televisión se nos quedó cara de póquer. ¿Por qué no a lo grande? ¿Somos espectadores de segunda?

A todo esto, en la sección oficial a concurso del Festival de San Sebastián competirán por las conchas las españolas, Handia y La vida y nada más, que a duras penas sumarán 2.000 espectadores cuando se estrenen en toda España, y El autor, que se tendrá que conformar con 20.000, mientras Señor dame paciencia ya la han visto más de un millón.

La situación del cine español, con el duopolio televisivo repartiéndose el pastel mientras el resto de producciones se quedan con las migajas de la distribución, daría para mucho. El público va a tiro hecho y el resto pasa de puntillas por la cartelera, como ha ocurrido con el magnífico cine con «K» que nos ha ofrecido en exclusiva Kinépolis durante los meses de mayo, junio y julio.

Con un público tan renuente no es de extrañar que una de las películas imprescindibles del año, Verano 1993, no se haya estrenado en Alicante. Mucho menos en su versión original, tal y como fue rodada, como Estiu 1993. Eso sería pedir demasiado. Cine relevante (se llevará todos los premios habidos y por haber esta temporada) que en Alicante cae en la más absoluta irrelevancia,en la que todavía es la cuarta provincia con más taquilla de España.

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