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Antonio Sempere

Puro relleno

Al tuntún. Así es como da la impresión que se están programando las madrugadas de La 2 desde que TVE, un poco arrepentida tras las publicaciones en prensa relacionadas con la «rueda» de la SGAE, decidiese reducir a la mínima expresión el contenedor «TVE es música». Que, atención, no ha cancelado, pero sí minimizado de las 3 horas iniciales a los escasamente 60 minutos.

¿Qué emitir en esa franja horaria, la que va de la noche al día? Se trata de las horas de menor consumo, que no tienen demasiada repercusión en la audiencia. Por lo que no parece que hayan quitado el sueño a los jefes ni a los programadores. ¿Solución de emergencia? En La 1, conexión con el Canal 24 Horas, que siempre da muy buenos réditos. En La 2, una batería de reposiciones de documentales y series, aparentemente, sin demasiado criterio. Casi sin avisar y sin anuncios previos, ya se han exhibido La forja de un rebelde, Severo Ochoa, Los pazos de Ulloa y Los jinetes del alba. Y está a punto de entrar La huella del crimen.

Por su parte, los episodios de España entre el cielo y la tierra que en la emisión de tarde (en la que debe ser al menos su décimoquinta reposición) duplican los datos de Tips, se vuelve a emitir íntegra en las madrugadas.

¿Pero a qué viene tanta dejadez? ¿No nos merecíamos algún espacio bueno, bonito y barato para los insomnes, a la manera del que hace Carles Mesa en Radio Nacional? Y digo yo, si de repente la cadena se ha visto con que entre la 1 y las 6 de la madrugada no tiene contenidos que llevar a su parrilla, ¿por qué no reinventar un minicanal Nostalgia, pero con criterio, sentido y sensibilidad? Y a coste cero.

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