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Barron Trump, el influencer que nunca existió

Un bulo propagado por Twitter le hizo responsable de que se agotara una camiseta que lució junto a sus padres... que llevaba años fuera de la venta

Las redes sociales pescan muchas tonterías a diario. Todo el mundo lo sabe y recordarlo es innecesario. A veces, sin embargo, las besugadas adquieren tal alcance mundial que resulta imposible no hacerse eco de ellas. Primero, para reírse (por no llorar). Y, segundo, para recordar que las sandeces son inofensivas en muchos casos, pero no tanto cuando tras ellas pulula gente como Donald Trump: no solo vomita bilis con sus tuits, también su entorno más cercano provoca a veces situaciones de sonrojo global. Y, también, admiración de quienes abrazan con entusiasmo las patrañas sobre las que se ejerce escaso control. Después, eso que llaman viralidad hace el resto. Ocurrió hace unos días. En Twitter. La pintoresca exgobernadora republicana de Alaska, Sarah Palin, suelta en su cuenta un escueto mensaje dirigido a su millón y medio de seguidores: "Bien por ti, Barron". ¿Barron? ¿Quién es el tal Barron? Un enlace a la web de la autora lo explica: "Barron Trump agota una camiseta de J.Crew en cuestión de horas". Impresionante. ¿El hijo del presi al que la exgobernadora quiere hacer la pelota virtual convertido en un it-boy a la tierna edad de once años? ¿La Casa Blanca convertida en una cantera de influencers en el tema de los trapitos? El notición palinesco, que se hacía eco de informaciones sin contrastar, se basa en un hecho cierto: el hijo de Donald y Melania se fue a vivir por fin a la Casa Blanca al terminar el cole. Las fotos le mostraban caminando hacia su nuevo "hogar" con cara de circunstancia junto a su papá encorbatado y su mamá, y nada llamaba la atención en su atuendo salvo un detalle aparentemente nimio: la camiseta azul y gris de la firma J. Crew con una frase escrita: "The expert". O sea, "El experto". Nada extraordinario si no fuera porque la prenda, de 27 modestos dólares y con ese estilo práctico tan americano y con el sello selectivo que señala al "experto", figura como agotada. Automáticamente, algunos medios de comunicación poco rigurosos convirtieron a Barron en un influencer de nuevo cuño, lo que tiene mucha coña: bastó que luciera la camiseta de marras para que, pensaron, legiones de consumidores deseosos de imitarle se lanzaran a las tiendas físicas u on-line para copiar su estilo, cual zombis de la moda. Pues va a ser que no. Nada de prendas agotadas. Nada de "expertos" arrancados de las manos de la firma. Resulta que la camiseta es la colección de primavera de 2015, como pudo saber "Business insider" al tomarse la molestia de contactar con sus fabricantes. Blanco y en botella: la prensa estaba agotada y más que agotada. Lo único que quedó claro es que Barron no es un gastizo y conserva la ropa. Bien por ti, Barron. Y, sin pretenderlo, quizás ayude a levantar un poco la moral de J. Crew, firma que vistió durante años a chavalería que busca informalidad con cierto toque exclusivo, y que lleva un tiempo de capa caída. ¿Barron Trump al rescate de la moda estadounidense? Seguro que papá ha tomado buena nota de ello y quizás añada a un pariente más a su red de negocios. Barron y cuenta nueva.

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