Las ínfulas democráticas de mucha gente se desinflan cuando no estás de acuerdo con ellos aunque sea en la cosa más nimia.

Creía que escribiendo «en positivo» se podría cambiar cosas y que a nadie le molestarían sugerencias o ideas para el bien de nuestra ciudad. Por lo visto soy algo primo. Me lo monto mal. Me llegan mensajes sugiriendo que no escriba de esto o aquello, que no me meta con aquél, que no siga por ese camino. Y me lo dicen amigos, gente que me quiere bien.

Qué triste ser, estar y parecer un país con libertades y, al mismo tiempo, comprobar que convives en otro sitio que no asume ni las opiniones y que considera ofensa las propuestas.

Me da igual. Voy a seguir por el camino de buscar en positivo mejoras para mi ciudad.

Estuve tres días en Ibiza por trabajo, era el único, o tenía esa sensación, en el ferry que iba a Ibiza a trabajar, pero en un destino turístico siempre hay tiempo para un poco de ocio.

Paseando por Santa Eulalia y su paseo marítimo pude elegir dónde cenar sin que nadie me asaltara con su carta en pleno paseo. Eso quiero para Alicante.

Ningún presunto músico ambulante molestó durante mi cena. Eso quiero para Alicante.

Se hacen en las islas vecinas eventos para distinguir turismo de turismo de calidad.

Turismo de calidad es el que busca saber, que va a museos, que quiere conocer la historia y tradiciones, que busca su gastronomía tradicional y auténtica. Eso quiero para Alicante.

Creo que nos lo montamos mal.

Podríamos tener mucha más fuerza como destino turístico si cuidamos lo que hacemos y sobre todo si hacemos lo que sabemos o sabíamos hacer: arroz, pescado, helado, denominaciones de origen, música tradicional, historia, arte, literatura, patrimonio, Tabarca, castillo, museos, mercados, comercio, Puerto... Y ya puestos, que suba el Hércules Club de Fútbol.