Estamos en un momento excepcional, en el que cada día más artistas alicantinos están desarrollando una destacada carrera internacional. Daniel García Andújar, el único de su generación que ha ocupado una planta entera del Reina Sofía, y uno de los pocos artistas españoles presentes en la Documenta 2017; Cristina de Middel, reconocida por prestigiosos nombres como Martin Parr, la agencia Magnum, o Nuria Fuster, actualmente exponiendo en la fundación Botín, como parte de su colección, junto a Jannis Kounellis... Podría citar algunos más. Esto no debería sorprendernos, pero sí el hecho de que las instituciones culturales de Alicante se mantengan al margen de esta dinámica expositiva tanto a nivel nacional como internacional. Nuestro museo de arte contemporáneo, la principal institución que en una ciudad puede dar la pauta en este ámbito, no desarrolla ninguna actividad que tenga que ver con la selección de artistas contemporáneos de Alicante. Es más, es el único museo de la Comunidad que no recibe una parte proporcional de sus presupuestos. Por lo que, si en estos momentos se va abrir un concurso público para normalizar la situación de la dirección del Espai d´Art de Castellón, esto no se puede hacer con la dirección del MACA, sin presupuesto para ello. Este aislamiento ha propiciado una vivencia del arte, en Alicante, desde lo amateur, con la proliferación de exposiciones colectivas, donde es más difícil el desarrollo de una propuesta individual extensa y comprometida. Sí podemos hablar de ciclos expositivos de calidad, como el de la casa Bardín, pero que no se proyectan en el ámbito en el que se pueda valorar todo un trabajo de selección y de exposición de criterios, que es en definitiva lo que hace que cualquier obra, y la institución que la apoya, puedan competir en el concierto nacional e internacional.
En la actualidad, artistas y gestores viven como esencial el diálogo con los diferentes actores de la cultura universal, pero para poder llegar a las instituciones como el Reina, la Documenta, la agencia Magnum?, se tienen que dar unas conexiones excepcionales, casi imposibles sin apoyos institucionales. Es en estas relaciones donde tanto el trabajo del artista como el de la institución cobran mayor sentido y proyección. El museo debería ser el promotor de estas conexiones internacionales o, al menos, hacerse eco de las conquistas de los artistas. Pero no, lo sorprendente es que el MACA se mantiene en el más increíble de los aislamientos, solo por la voluntad política pues nada de esto pasa con los otros museos de la Comunidad Valenciana. Así, en Alicante, se desarrollan actividades culturales de importancia, pero no tenemos un proyecto de modernidad que unifique y promueva la imagen de la cultura plástica de la ciudad.
