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Desde mi terraza

¡O sole mío!

Como cada año a finales de junio tomé el camino hacia Italia, lo que procuraré seguir haciendo mientras la salud y el bolsillo me lo permitan; 10 días y 2.000 kms. entre aviones y coche. Esta vez tuve la suerte de hacer la mitad del camino con la compañía de un matrimonio amigo, casi hermano, que además es mi médico! Nunca hice un viaje con tanta tranquilidad física, ni con tanta complicidad químico-artística. El famoso lago de Como era mi asignatura pendiente, que por fin he aprobado con Matrícula de Honor puesto que disfruté de su espectacular belleza. Y de nuevo quedé fascinado por alguno de los lugares que no conocía, a pesar de haber recorrido el país de cabo a rabo, desde Trieste a Lecce. Y quisiera destacar (y recomendar) la visita a Alberobello, la ciudad de las casas con los tejados en forma de cono, en la Puglia, y especialmente Matera, «la ciudad de los sassi y de las iglesias rupestres» en la región de Basilicata; esta ciudad de menos de 100.000 habitantes fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por sus casas horadadas en las enormes rocas de arcilla blanca que conforman la ciudad. Aunque parezca increíble, hoy viven en ellas muchas personas todavía, donde lo hicieran sus antepasados hace 9.000 años, aunque en condiciones insalubres. El conjunto monumental es realmente impresionante, y a pesar de ello Matera es la gran desconocida del turismo de masas. El cineasta Pier Paolo Passolini la eligió como decorado para su famosa película El Evangelio según San Mateo. Y como la ciudad de Bari era el lugar de encuentro con mis amigos, volví a visitar la Basílica de San Nicolás de Bari, que como saben es el patrón de Alicante (y también de Rusia, y de más de cien ciudades en toda Europa), con las consiguientes fotografías junto al Santo, enterrado en esa iglesia. Y no me resisto a contarles la vinculación de este santo varón con la ciudad de Alicante, que hasta ahora desconocía. Parece ser que el 6 de diciembre del año 1244 los musulmanes entregaron la ciudad al entonces príncipe Alfonso X el Sabio, y el príncipe mandó construir una iglesia en honor de San Nicolás, por entonces el hombre más venerado de la cristiandad por su entrega a los más necesitados y a quien se atribuyen numerosos milagros, siempre a favor de los más pobres o de las víctimas de la injusticia; en el aspecto social fue lo que hoy llamaríamos «un ciudadano ejemplar». Y realmente fue «el hombre de moda» en el xiglo XIII, alcanzando celebridad mundial; desde hace casi ochocientos años los alicantinos lo han venerado como patrón y seña de identidad de su historia. Era oriundo de una provincia de Asia Menor y fue obispo de Myra, Antioquía; y fue gracias a un grupo de hombres piadosos de Bari, Italia, que sus restos fueron llevados a esta ciudad convirtiendo al santo hombre de fama mundial en un referente de la ciudad. Estas curiosidades son las que enriquecen los viajes, y son el complemento perfecto a la belleza de los paisajes y al valor artístico de tantos tesoros como abarca en este caso la bella Italia. Mi pasión por este país se justifica, además de por todo lo citado, por ser el país por excelencia de la ópera (como Alemania lo es para la música), y en muchísimas de sus ciudades ?además de las famosas como Milán, Venecia o Nápoles- existen teatros de menos fama que cultivan este género musical de forma regular, con producciones de gran calidad. Ha sido un recorrido enriquecedor en lo personal y que me ha reafirmado en mi opinión de que España e Italia son los países más bellos de Europa. Recargadas las pilas enfilo la bendita rutina del verano alicantino con serenidad pero también expectante porque cada nuevo día es una aventura en la que puede suceder todo. Todo aquello que a uno pueda sorprenderle.

La Perla. «Se vive una sola vez. Pero si la vives bien, una sola vez es más que suficiente». (Joe Williams, cantante estadounidense de jazz)

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