Tal vez se pueda decir más alto pero no más claro, la vicepresidenta Mónica Oltra vino desde la gélida y lejana Valencia a intentar reírse de los oriolanos y tomarnos el pelo en la medida de lo que le hubiésemos permitido.

Bajo el disfraz de la apariencia de un encuentro de la administración autonómica con la ciudadanía para rendir cuentas de su gestión de gobierno y someterse a las preguntas de los vecinos, el equipo de la señora Oltra montó un espectáculo partidista y sectario como pocos habíamos visto hasta ahora.

Es indudable que si hubiese sido una rendición de cuentas de su gobierno, habríamos contado entre los asistentes con políticos de su gobierno de coalición; pero no apareció ningún concejal del Partido Socialista en Orihuela para darle un mínimo de credibilidad a su interpretación casi teatral.

Pero la señora Oltra vino a hacer un acto de partido, y tuvo la desfachatez de querernos vender como logro la construcción del Centro de Salud del Rabaloche o la declaración de los dos últimos BICs. Yo creo que jamás se vio tanta falta de responsabilidad viniendo de políticos que se quieren vender como limpios y transparentes.

Decía la vicepresidenta que primero son las personas pero alguien no debe tenerlo tan claro en su gobierno, ni siquiera ellos mismos, porque siguen adelante con la puesta en marcha multimillonaria de la televisión valenciana. Frente a toda esta pantomima de cara a los medios de comunicación y a la galería, se encontró con la firme postura de nuestro alcalde Bascuñana, que le hizo tomar conciencia de la realidad, saber que existen muchos problemas por solucionar en nuestra tierra en todas las materias (inversión por habitante, infraestructuras, educación, y un largo etcétera) y que el Consell ni siquiera ha llegado a plantearse. No se acepta ya la venta de humo en Orihuela.

Pretender que nuestros hijos aprendan idiomas a golpe de decreto es poco menos que propio de ignorantes. Pero el decreto de plurilingüismo no está hecho por ignorantes, está hecho por gente con pretensiones de acercamiento a Cataluña y alejamiento del resto de España.

Siguen visitando Orihuela como si se tratase de tierra conquistada en lugar de territorio por convencer y cuidar. Y esa actitud no es la que esperamos de ellos ni tan siquiera la que pensamos que les interese. No entienden que somos un pueblo que no se somete a decretos que chocan con nuestros derechos históricos y nuestro sentimiento de territorio diferenciado del resto. Tenemos una bandera propia bajo la que nos encontramos unidos los oriolanos y con la que nos mantendremos firmes ante las imposiciones.