Va a resultar que los «equivocaos» somos nosotros y ellos -los de la Pérfida Albión- tienen más razón que Santo Tomás Moro, beatificado por León XIII, en 1886, en Florencia y canonizado por Pío XI, en 1935, en Roma!. ¡Chúpate esa, baronesa!. ¡Me he quedao ojiplático, os lo juro por Gwendolyne, que, a no ser que sea la de Julio Iglesias, no sé quien es!. Resulta que Lady Godiva, famosa por su bondad y belleza, se solidarizó con los más desfavorecidos del lugar porque su marido les freía a impuestos, más abusivos que los que pagamos nosotros en concepto de sucesiones o plusvalía, por lo que la muchacha le pidió que no jodiera más la marrana y los rebajara. El esposo accedió, pero, eso sí, con la condición de que ella se paseara a caballo en pelota picada por las calles de Coventry. ¡Ya estamos con las tonterías!. Sea como fuere, la Lady, «hasiendo» de tripas «corasón», accedió y cumplió y el marido, que se llamaba Leofric, también!. Éste, sin contar con los de Adán y Eva, fue el primer caso de exhibicionismo/despelote de la historia, aunque por una buena causa. El maridito de la «Doña» fue la envidia de la corte, porque los cortesanos pudieron comprobar, no sin cierta envidia malsana, que la tía estaba de «toma pan y moja». Él presumió de mujer «buenorra», mientras que ella consiguió que los pobres fuesen menos pobres pagando menos impuestos. ¡La que lió el pollito!. Y todo por tocar los «bembembes» a los «pobreticos» de solemnidad, porque el indolente inglés nunca imaginó que su mujer exhibiría su escultural «cuerpaso», para deleite de la plebe y sofoco propio, aunque a lo mejor se excitó de tal manera que la requirió para retozar y que ésta, una vez más, le permitiera aliviar sus instintos más primarios, siendo, a la vez, solaz y «descanso del guerrero», que diría Friedrich Nietzsche.

Esto mismo es lo que debieron pensar los actuales gerifaltes de la Gran Bretaña, que están por encima de lo divino y lo humano, aunque, en algunos de sus territorios parece -y digo parece- que les ha «salío» el tiro por «retambufa» o culata. Han tensado tanto la cuerda que ya veremos por dónde salen, aunque ellos, como antesala de lo que rumiaban, no tenían la misma moneda que el resto de los mortales y mantenían la libra. Hace poco, a finales de marzo, los ingleses formalizaron su salida de la Unión Europea. Registraron una carta con la que hacían realidad el famoso «brexit», que ni ellos saben lo que es. ¡Es decir; nosotros lo hacemos y ya veremos lo que pasa!. Los analistas -no me considero uno de ellos, ni lo pretendo, solo me hago eco de lo que he escuchado en tertulias- consideran que la decisión de los ingleses es una muestra de la decadencia y desmembramiento de una decrepita UE. Yo creo que, aunque la cosa no pinte bien, tampoco será para tanto, pese a que hay quien apunta que el Reino Unido ha sido el primero en dar el paso y que otros países les seguirán. ¡Se ha abierto la veda y mariquita el último!. ¡A Las barricadas; no, no, nos moverán!. Numancia, con su famosa «defensa» -que nada tiene que ver con la que hacía, por ejemplo, mi Elche cuando jugaba contra Barça o Madrid- nos marcó el camino y estamos preparados para el desembarco de los populistas, que, por cierto, fueron quienes impulsaron el referéndum segregacionista inglés y ahora se han desintegrado, como partido, uniéndose a los conservadores. ¡Mira que si «coletas» Iglesias se alinea con los «catalinos» para que se segreguen de España y luego los deja más tiraos que una colilla en la Calle Mayor de Orihuela!. ¡Ay Señor, llévame pronto!.

Hace poco participé en una tertulia a la que también acudió el director de un hotel de Orihuela Costa, a la que unos promotores urbanísticos, sin venir a cuento, quisieron rebautizar como «Campoamor Playa» y así lo comunicaron a nuestros desgobernantes. ¡La Virgen del Pompillo!. Bueno, pues pregunté cómo afectaría el «brexit» a nuestra economía. Se me contestó que no tendría repercusión. ¡Zas, la primera en la frente, «pa» que el Señor nos libre de los malos pensamientos!. Resulta que la mayoría de ingleses que residen en la comarca ha solicitado la nacionalidad española, porque, por su edad, ven peligrar, entre otras cosas, la asistencia sanitaria, que, a partir de ahora, tendrían que pagar. ¡Chupa del frasco, Carrasco!. ¡Van a tener la misma asistencia sanitaria sin haber cotizado a la Seguridad Social!. ¡Hasta ahora, por lo menos, pagaba su gobierno!.

Otra cuestión que me llama la atención. La posibilidad de que Gibraltar vuelva a ser lo que nunca debió dejar de ser: español. Los gibraltareños, como los irlandeses del norte y Londres -ciudad-, votaron a favor de seguir en la UE y parece -digo parece- que sopesan la posibilidad de «ser españoles» porque ahora les conviene. A lo mejor les «desimos» que dónde han «pasao» el verano que pasen el invierno!.¿Y qué me «desís» de la May?. Se creía amada por sus súbditos y se ha «comío» los mocos. ¡De UK sólo Beatles, Rolling, Queen y poco más!. ¡La que has «liao», pollito!; ¡pareces el PP en el Palacete del Marquesado de Arneva!. ¡Ah, la calle, moros-cristianos, es nuestra; a disfrutarla!.