Cuando escribo estas líneas, sé que muchos docentes viven con inquietud ante la amenaza de ser expulsados de las listas de interinos para engrosar las del paro. En aras de la claridad expositiva, le haré la siguiente exposición de hechos:

2º. En esta situación hay casi 1.300 interinos, que año tras año suspenden el examen de valenciano, profesores de larga experiencia que han acreditado que son buenos profesionales en sus disciplinas. No cabe duda de que los exámenes son cada vez más difíciles, pues así lo avala el hecho de que en la primera fase del mitjà el número de aprobados no superó el 25%. Quien esto escribe ha sido testigo varios años del esfuerzo realizado por una profesora interina de Secundaria, que ha concurrido para obtener el mitjà y la capacitació a las tres vías posibles: la Escuela Oficial de Idiomas, la Junta Qualificadora y la Cieacova, el nuevo modelo que ha entrado en vigor. La conclusión es que muchos interinos no han podido aprobar un examen que tampoco superarían hoy muchos de los funcionarios que poseen el mitjà desde hace años. Si el sentido común y una alta conciencia moral no obran un milagro, irán al paro hasta que superen un examen lingüístico cada vez más difícil, con el consiguiente daño colateral para sus familias.

3º. Se da la circunstancia de que la inmensa mayoría de estos docentes ha demostrado sobrada competencia en sus respectivas asignaturas, accedieron con unas condiciones que luego han sido modificadas y tienen edades avanzadas que les impiden acceder a un nuevo puesto de trabajo. Además, esta situación acarrea (después de muchos años de cotización) un oneroso perjuicio económico en sus futuras pensiones.

Solicitud. Señor conseller, la solución es fácil. Puede usted escoger entre las propuestas que le sugiero (u otras que usted pudiera considerar) para que no recaiga sobre su conciencia una decisión injusta: 1º. Conceda una nueva moratoria sine die vía decreto (otras comunidades han hecho algo parecido con interinos de Sanidad). Tenga en cuenta que estamos hablando de interinos académicamente longevos que difícilmente encontrarán un nuevo trabajo, y a quienes, además, les resulta difícil obtener la capacitació. 2º. Dicte una moratoria condicionada a la obligación de que estos interinos se matriculen en nuevos cursos y con la condición de que se presenten anualmente a los exámenes. Comprenda también que es muy difícil trabajar con la amenaza de ser despedido. 3º. Como última opción, permítales que concurran a plazas en zonas castellanohablantes, como lo hacen los numerosos funcionarios que no poseen la capacitació. Y si no hubiera plazas suficientes, aplíquese el punto 2 de esta solicitud.

Señor Marzá, tiene la posibilidad de ser generoso y demostrar que este asunto del que le hablo es un caso de justicia moral y social. Atentamente.