Los libros de viajes son un género literario, en el que los autores hablan en primera persona de países o regiones a los que se desplazan, refiriéndose a su flora y fauna, sus costumbres y modo de vida, su geografía y cultura, sus paisajes y habitantes y en las cuales el viaje es la parte fundamental de la narración, y el desplazamiento el eje central del argumento en el que habitualmente se relatan situaciones históricas relacionadas con ciudades visitadas o emocionantes incidentes surgidos en el recorrido entre documental y literario.

Y es Javier Reverte uno de mis escritores favoritos de dicho género, y una persona a quien imagino viajero incansable e inquieto aventurero, explorador de experiencias y culturas diferentes, siendo el continente africano el protagonista de muchas de sus obras, donde describe ese lugar tan extremo y al mismo tiempo tan diferente, relatando la belleza natural de las tierras y el magnetismo y la fascinación del entorno, que configuran el denominado embrujo africano.

Y siempre supongo en estos escritores que cultivan el género de la literatura de viajes, un componente de entereza que, por otra parte, me parece muy necesaria en la vida para tener el coraje de superar dificultades y manejar situaciones difíciles, y ello porque ser valiente es la elección consciente de reconocer miedos y superarlos, poniendo a prueba nuestras capacidades y límites.

Siendo capaces de correr riesgos e intentar cosas nuevas, permitiéndote hacer algo por primera vez, diciendo adiós a los miedos, aceptando las críticas, exponiéndote a situaciones que te inquieten, analizando respecto de ellas qué es lo peor que te puede pasar, y aceptando que vivir es una experiencia de superación diaria.

Y es que la propia vida es una aventura llena de obstáculos y de nuevas experiencias por descubrir, y que nos están esperando para disfrutarlas, si decidimos apreciar cada instante de una forma intensa, cogiendo las riendas de cada situación, y enfrentándonos a nuestros miedos y a todo aquello que nos paraliza, y así tenemos que avanzar aunque sea un pequeño paso cada día, ya que el miedo solo tiene un enorme poder si no lo afrontamos, pero si lo hacemos, ampliaremos la posibilidad de vivir experiencias y adquirir aprendizajes valiosos.

De modo que, como me gusta viajar, y me encantan los libros de Javier Reverte, me planteo superar miedos y decido que mi próximo viaje va a ser a ese continente de espesas selvas montañosas, áridos desiertos y caudalosos ríos.

Al continente africano. Y quizá, a las Cataratas Victoria, frontera natural entre Zambia y Zimbaue, o al río Zambeze, o al desierto de Namibia, o puede que al lago Nukuru en Kenia, o a Tanzania, o al Kilimanjaro, me digo mientras me miro al espejo, y me pregunto, Marisa, ¿estás hablando en serio?