Resulta incomprensible entender que el que, hoy por hoy, es el quinto aeropuerto de España y el número 14 de Europa esté incomunicado de madrugada en plena temporada alta. Y eso en una provincia que tiene en el turismo su principal motor económico. Ni Alicante, ni Elche, ni Torrevieja, ni Benidorm, por citar sólo algunos ejemplos, disponen de enlaces nocturnos con el aeropuerto de El Altet, pese a que la pasada noche, como reseña la compañera Juani Hernández en esta misma edición, llegaron 14 vuelos y unos 2.000 pasajeros. Las administraciones tendrían que tomar buena nota y empezar a poner remedio. Y no vale con esperar al próximo año. No menos inexplicable resulta la falta de taxis. Ahí está lo que ha sucedido en los últimos días, con colas interminables de pasajeros esperando en la parada a que llegara algún vehículo. Se ha escrito mucho, y probablemente se seguirá escribiendo, sobre la guerra contra el intrusismo por parte de los taxistas de Elche. Ahora bien, una cosa es defenderse de las actividades piratas, y otra muy distinta es tratar de mantener el monopolio de un servicio que opera en toda la provincia y que no está disponible cuando más se le necesita. Quizás es el momento de que ese sector de taxistas ilicitanos que más trabas está poniendo a la ampliación del número de licencias que pretende el Ayuntamiento de Elche se lo replantee. Defender el pan no sólo es oponerse a la competencia de las nuevas plataformas de transporte, también es prestar un servicio acorde a las necesidades del momento. De lo contrario, es probable que cada vez sean más los que acaben buscando alternativas al taxi... Y más pronto que tarde.
