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La situación política en EE UU

Debemos tomar conciencia que el establishment políticomediático, que se ha establecido a nivel mundial, en la actualidad está en estado de shock, por un presidente que no se atiene a lo que se ha establecido como lo políticamente correcto. No tenemos más que escuchar las noticias diarias, no se esperaba la derrota de la candidata Hillary Clinton, y, mucho menos, el triunfo del aspirante Donald Trump. Era un pretendiente valorado con pocas posibilidades de éxito. Se le estimaba alejado de los cánones que un candidato deber tener. No obstante, su comportamiento fuera del sistema despertó una atención mediática, garantizándole una no esperada celebridad que supo aprovechar para desacreditar al establishment político, y frente a la gran prensa, atraer a los periódicos regionales, que le dieron una gran popularidad. Así que los grandes medios de comunicación debieron darse cuenta de su descrédito y de lo impopulares que eran. Algo de esto sucede también en España, donde la población no cree en las instituciones llamadas representativas, que dicen encarnar a la mayoría de la población, pues ésta los ve comprometidos con los grandes medios y condicionados con intereses inconfesables, y sin que reflejen la realidad. Siguiendo con el modelo americano, en las anteriores primarias había dos candidatos que reflejaban el rechazo de las clases populares hacía el establishment, que había estado en el poder. Uno fue entre los demócratas, el socialista Bernie Sanders, y el otro por los republicanos, Donald Trump, situado en una clara derecha. Era obvio que el más temido por la estructura del poder económico y financiero, y, por tanto, por la prensa que domina este sector, era el candidato demócrata Bernie Sanders, porque disponía de unos principios y atacaba a las raíces del sistema. La conexión prepotente del poder financiero y económico, por un lado, y la influencia de la Casa Blanca, por otro, pensando dominar el sistema electoral, movieron todos los resortes para destruirlo, y lo dejaron a un lado. Y así quedó en el camino. A Donald Trump le consideraron un enemigo pequeño, y el establishment no se movilizó para derribarlo, no se le valoraba como amenaza. Una Hillary Clinton, con todo el apoyo de la Casa Blanca y de la estructura política-mediática, caminaba segura hacia el triunfo. Hasta pensaron que Donald Trump era el mejor opositor. Creían que no era nada, bastaba que le ridiculizara la prensa. No lo tomaron en serio, hasta el final, cuando le vieron sentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca. El establishment político-mediático nunca aceptó el resultado de las elecciones. No admitió que grandes sectores de la población rechazaran su gran programa, y que la globalización, puesta en marcha, no les fuera aceptada. Pensaban que lo políticamente correcto que había montado Barak Obama, junto con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, era fácil de llevar a la práctica, aunque supone: la destrucción de la familia, la promoción del aborto, la amenaza del calentamiento global, los derechos LGTB, y un feminismo inventado, que no promociona a la mujer y destruye la convivencia, como muestran los crímenes familiares, causados no por la maldad de los hombres, sino por la inseguridad y desastre de vida que les han introducido con su legislación. Todo ello destinado a la destrucción de la cultura de Occidente y crear una población sin conciencia, con el objeto de poder dominarla a su antojo, y entregar la dirección del mundo al imperio financiero, para que desde unas siniestras cuevas dirijan la mente y la conciencia de la gente. Ese programa planteado y promovido por estas grandes fuerzas con enormes cantidades de dinero, ¿a qué intereses responde? ¿Es eso el progreso de la sociedad? ¿Puede ser aceptado por el pueblo? Es hora de hacer una reflexión por la población entera, cuando la están atacando en el ser de la persona, con una educación muy baja, privada de criterios para valorar lo que es su propia vida, sin una formación lógica, para lo que se quita la asignatura de Filosofía, al objeto de que el individuo no sepa valorar lo que es el razonar, ni el comportamiento ético que debería tener en sus relaciones con los demás. Se habla mucho de derechos humanos y se dan leyes que los conculcan. A ningún presidente de los EE UU se le había perseguido sin tregua desde el primer momento de su gobierno. ¿Es por incapacidad o mal gobierno? Todos los presidentes han mostrado algunos aspectos deficientes, pero a ninguna se le ha perseguido. ¿Por qué a éste sí? No es por los errores que tenga en su gobierno, sino porque se ha opuesto al programa del establishment y les ha cerrado vías de expansión al no dotar de subvenciones a las acciones que necesitan para prosperar en sus ideales de destrucción de la sociedad. Ya sé que esto es políticamente incorrecto, pero es necesario pensar en las personas, que durante siglos han trabajado para formar la sociedad que tenemos, unas personas con gran formación lógica, conscientes y con decisión para acoger a los demás, ahí tenemos el ejemplo de Ignacio Echeverría, que todavía tenía una educación tradicional. Pero ahora se promueve a la persona egoísta, donde se premia lo antinatural, se trastrocan los conceptos y ya hasta se prohíbe utilizar términos como madre y padre en los documentos oficiales de algunas autonomías, donde el feminismo no es una promoción de la mujer, que sería lo natural, sino la persecución del hombre. Si no se reacciona contra esos programas, caminamos hacia un frívolo supuesto futuro.

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