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Arturo Ruiz

De momento, Ximo

En los últimos tiempos, compañeras y compañeros, he guardado un prudente silencio a causa del cataclismo mental que me produjo el hecho de que las bases, nuestras bases, no hicieran ni puñetero caso a lo que les dijeron los nombres más sagrados del puño y la rosa cuando ordenaron (bueno, no: recomendaron) votar por Susana Díaz y, cabezotas ellos, lo hicieron en cambio y masivamente por Pedro Sánchez. Creía yo que eso sería el caos, la autodestrucción, la desaparición de nuestra centenaria organización, como así decían tantos agoreros, muchos de ellos de derecha centrada o extrema, que vaticinaban que con Sánchez acabaríamos entregando nuestro amado partido a Pablo Iglesias y sus morados. Pero he aquí que no, que hemos sobrevivido y que incluso de celebrarse elecciones ahora, según las encuestas, obtendríamos nuestro mejor resultado desde la irrupción de Podemos, que a la vez sacaría el peor desde su propia irrupción. Qué cosas, compañeras y compañeros, de golpe el mundo vuelve a sonreírnos.

Y, como tenemos esa atávica capacidad para sorprender y sorprendernos, ahora resulta que en nuestras tierras valencianas el compañero Ximo Puig, que no era de Pedro sino de Susana, ha arrasado en avales al compañero Rafa García, que sí era de Pedro. Justo cuando creíamos ya no sólo que el mundo nos sonreía sino que además era sanchista.

Pero yo creo compañeras y compañeros que eso ha pasado porque una cosa es querer renovar el partido y otra bien distinta cargarse del organigrama del puño y de la fontanería de la rosa al primer presidente de la Generalitat que hemos tenido en veinte años. Anda el compañero Ximo rompiéndose los cuernos por reconvertir la Comunitat en un lugar honrado, más tolerante y un poquito más próspero, y no es cuestión de que nosotros, su propia gente, le estemos poniendo minas bajo los pies.

Máxime cuando a un lado del horizonte tiene a Isabel Bonig con la guadaña presta para reverdecer los viejos laureles de Camps y Fabra, y al otro a Mónica Oltra, que nos caerá molt bé y será muy de izquierdas, pero no va a dejar de disputarnos hasta el último sufragio en un año y medio. Habrá que apoyar pues a Ximo en esta oportunidad histórica que tiene él y tenemos nosotros de cambiar la realidad, que es para lo que estamos los políticos aquí, compañeras y compañeros, que a veces, demasiadas veces, se nos olvida.

Ahora bien, compañeras y compañeros, ojo, mucho ojo. No voy a satanizar al compañero Rafa García. Porque para lo que nos ha valido toda esta sucesión de terremotos desde que allá en Madrid echaron al compañero Pedro y luego el compañero Pedro volvió y reconquistó y arrasó, es para saber que a partir de ahora nadie nos va a imponer nada. Que todo jefe se lo tendrá que ganar en este partido sometiéndose al veredicto de la militancia, compañero Ximo incluido. Que se han acabado las consignas de los aparatos y que si uno quiere mandarnos por muy presidente de la Generalitat que sea primero deberá ser avalado por las bases. Porque en ninguna biblia está escrito que el compañero Rafa fuera a sacar menos votos en 2019 que el compañero Ximo. Eso, en todo caso, deberemos decidirlo nosotros. Y por ahora creemos que será Ximo, pero los tiempos del ordeno y mando se han acabado, ¿verdad compañeras y compañeros? ¿No?

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