Angela Merkel fue (2005) la primera mujer y el primer ciudadano de la antigua Alemania comunista elegida canciller de Alemania. Definición: más pragmática y menos conservadora que la coalición CDU-CSU que lidera. Y no por utilitarismo -que también- sino por convicción. Es la cuarta vez que se presenta y siempre ha gobernado en coalición. En el 2005-2009 con los socialdemócratas. En el 2009-2013 con los liberales. En el año 2013 de nuevo con el SPD.

Y pocas dudas hay de que tras las elecciones de septiembre volverá a la cancillería. Coaligada de nuevo con el SPD, o con los liberales (que suben), o con los verdes (que bajan). Y parece que el tándem Merkel- Macron puede dar un nuevo impulso a la Unión Europea.

El 2015 Merkel decidió no cerrar las puertas a los refugiados que huían de la guerra de Siria, lo que provocó una reacción contraria de parte de su electorado y de sus aliados bávaros del CSU. Merkel no cedió, pero luego su pragmatismo le hizo endurecer condiciones y llegar a un acuerdo con Turquía (muy criticado en España, que no acoge refugiados) para cerrar la ruta de los Balcanes. La entrada de refugiados a Alemania ha bajado y la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), que a principios del 2016 tenía una expectativa de voto del 18% (había alcanzado cuotas superiores en algunos Lander), ha caído ahora al 7%.

A primeros del 2017 el nuevo candidato socialista, Martin Schulz, hasta entonces presidente del Parlamento europeo, logró una subida de casi diez puntos de la intención de voto al SPD y, personalmente, era preferido a la canciller. Pero el efecto Schulz se ha esfumado, el SPD ha perdido tras las elecciones regionales y hoy la CDU vuelve a encabezar las encuestas con claridad.

¿Qué ha pasado? Pues que Merkel ha sabido liderar la reacción europea contra el proteccionismo y el abandono del tratado sobre el cambio climático del presidente Trump. También parece que, aunque en Alemania hay desigualdad -pese a ser un país próspero con una tasa de paro del 5%-, Schulz se ha equivocado al centrar su campaña en este asunto. Para la mayoría de alemanes las prioridades son la inmigración y el terrorismo, terrenos en los que el pragmatismo de Merkel inspira más confianza.