Quiero hacer un llamamiento a mis políticos. A todos los políticos de todos los partidos que tienen, de una u otra forma, alguna responsabilidad en el día a día de la gestión de los problemas y, sobre todo, de las soluciones a las cuestiones que nuestra tierra, y nuestros empresarios siguen sufriendo desde hace demasiados años. Un llamamiento a mis políticos, porque todos lo son, igual que todos los sectores de la sociedad deberíamos ser sus ciudadanos, empresarios incluidos.

Porque la sensación que cunde entre los empresarios de la provincia de Alicante es de soledad institucional. No a título personal, que todos podemos hablar con unos y otros, sino como colectivo. Y el colectivo empresarial -ciudadanos y parte de esta sociedad- no encontramos apoyo firme, recio y contundente de las instituciones públicas para solventar problemas, que no son de los empresarios en exclusiva, sino más bien del conjunto de la ciudadanía. Denotamos de un tiempo a esta parte, la sensación del político de perfil, y de las políticas (no en género, sino en su acepción más global) también esquivas a la hora de resolver cuestiones que están pendientes y que nadie acomete.

Los empresarios de Alicante necesitamos respuestas globales a problemas colectivos. Sí, pueden existir canales de comunicación entre determinadas administraciones y determinados sectores. ¿Pero qué ocurre cuando los problemas no son de sectores concretos, sino del conjunto de la sociedad? ¿Quién nos responde a las preguntas de siempre que jamás han sido respondidas? A día de hoy, nadie.

Más allá de la situación de marginación a la que es sometida Coepa -que es la herramienta de representación del empresariado alicantino por la voluntad de las asociaciones y empresas que la integran y está reconocida por Ley para ser la voz de todos los empresarios de la provincia de Alicante- nuestro territorio no está atendido en la medida que requiere, no porque atente a nuestro orgullo - eso sería lo de menos -, sino porque daña nuestras necesidades. Coepa se ve sometida a un aislamiento pretendido por parte de la Administración autonómica, que al mismo tiempo que se pone de perfil ante los problemas del empresariado alicantino, deja hacer en la designación de representantes en órganos consultivos y colegiados.

Una administración que sigue sin escuchar a la entidad de representación territorial y legal y al empresariado de la provincia de Alicante, violentando el derecho constitucional de libre asociación empresarial en ese empeño de negar y arrinconar a Coepa.

Nada de ello carece de sentido, porque negar la representatividad de nuestra entidad es negar la presencia y la voz de los empresarios de Alicante, elegidos legítimamente por nosotros mismos. Y de alguna manera, es también negar el peso y la representatividad de nuestra provincia. Curiosa manera de lo que algunos llaman «coser» o «vertebrar» la Comunidad para tratar de solventar problemas pendientes.

Tenemos pendiente organizar la estructura de representación del empresariado en el conjunto de la Comunidad Valenciana, y ningún partido parece que tenga opinión ni criterio al respecto.

Está claro que Cierval nos representaba a todos, y que todos formábamos parte de Cierval. Una vez que no existe como tal, las partes de ese todo (Cev, Cec y Coepa) en la medida que seguimos existiendo somos los representantes de cada uno de nuestros territorios y, por lo tanto, del conjunto de la Comunidad.

En este caso, ¿por qué uno de ellos se puede autoproclamar como representante de todos sin contar con nadie? Y lo que es más curioso, ¿por qué ocurre esto sin que ninguna institución pública, ningún partido, ninguno de mis políticos, tenga opinión ni criterio al respecto? ¿A qué se debe esa postura de perfil?

Se trata de reconstruir una situación de la que dependen muchas cosas vinculadas al progreso económico de nuestra tierra y el futuro de muchos puestos de trabajo. Las entidades empresariales no son las más importantes de esta tierra -ni de lejos,-, pero no pueden ser las olvidadas puesto que de ellas - y de los problemas que solucionemos - depende el futuro económico y social de la Comunidad Valenciana.

¿O acaso podemos hacer una tierra de progreso sin empresas ni empresarios?

Nuestros políticos, mis políticos, deben arremangarse para llenarse de lodo hasta los hombros y tratar de encontrar en el fango de los problemas de siempre las soluciones que nunca se pudieron encontrar.

Y no siempre es una cuestión que pasa por partida presupuestaria, no siempre hay una excusa en la situación económica heredada o generada para no acometer determinadas cuestiones. Sólo se trata de querer, de saber y de no tener miedo a equivocarse. O de darse cuenta que el peor de los errores en política, como en casi todo, es tener miedo a errar. Bloquearse y ponerse de perfil.

A pesar de esto, continuaremos en nuestro empeño de que no solo Coepa y Cepyme, sino todo el empresariado de la provincia de Alicante, se sienta partícipe y legítimamente representado en la vertebración de nuestra Comunidad.