Quienes defienden con pasión a su equipo de fútbol frente al eterno rival acostumbran a zanjar la discusión -siempre absurda, por infinita en los argumentos-, con esa frase tras la que sobreviene el silencio y quien la pronuncia se proclama ganador. «En fútbol sólo se pueden ser dos cosas: o madridista [o barcelonista o del Sevilla, del Atlético, incluso del Hércules o el Elche] o envidioso». Discusión zanjada (no siempre).
Me apunto al recurso fácil de aplicar el universo del fútbol a cualquier asunto que derive en discrepancia. La Costa Blanca afronta desde hoy el examen para el que se lleva preparando todos los años desde hace décadas. Playas listas para el disfrute del turista, servicios en buen estado, oferta de ocio, precios aceptables y, en suma, todos los elementos que permiten a la franja costera y del interior de Alicante liderar las preferencias de los españoles y de parte de Europa. En algo somos primeros de verdad.
Qué problemas no tendrá el Partido Popular en Gandia (Valencia) para montar una burda polémica al ordenar la retirada de un anuncio urbano que promocionaba la actuación de David Guetta en Benidorm, también con alcalde del PP. El motivo de tal medida (tonta, absurda, inútil) se basa en la contrariedad de que un destino competidor (Benidorm en este caso) se anuncie en otra ciudad con la que disputa el mismo mercado turístico. Como si David Guetta se hubiera criado entre cazuelas de arròs amb fessols. La iniciativa es tan peregrina que no consumo espacio en rebatirla, pero en cuestiones turísticas sólo se pueden ser dos cosas: o alicantino o envidioso.
