Negro sobre blanco. Sobre las propuestas alternativas que exponía el Libro Blanco, el Consejo Europeo reunido ayer y hoy, empieza a optar. Las elecciones francesas, el «Brexit» y las británicas han despejado el camino. Allí y aquí todos los antieuropeos, anti Unión Europea, han sido severamente derrotados en las urnas. «Las cosas van en una dirección mejor», ha dicho Donald Tusk, el presidente del Consejo, el mismo que el pasado marzo advirtió que Donald Trump «es una amenaza para la Unión Europea».

A partir de la reunión de hace un año en que los 27 establecieron la «hoja de ruta de Bratislava», que señala algunos objetivos y medidas a tomar en tres aspectos: migración y fronteras exteriores, seguridad interna y externa, y desarrollo económico y social y juventud ( Europa en la encrucijada, INFORMACIÓN, 03-2017). La encrucijada estaba desarrollada en los «cinco escenarios» posibles sobre los que debían pronunciarse los jefes de Estado y de Gobierno de los 27. Las urnas en Francia y también en Gran Bretaña se lo han dejado muy claro. Las dos candidaturas con posibilidades en las elecciones alemanas son europeístas. Y la opción de «los que desean hacer más y hacen más», como lo definía el Libro Blanco de la Comisión, va adelante. «Que los que no quieren más Europa no puedan frenar a los que sí». Macron, el nuevo presidente francés, ha apostado por eso. Es una de las ventajas del «Brexit», escribía entonces. Tusk ha dicho que no pierde la esperanza de que el Reino Unido se quede en la Unión. Ojalá, pero ya no será la misma UE, los temas atascados se han puesto en marcha, le quedaría la adhesión tardía.

En la reunión del Consejo ayer y hoy el orden del día es: Seguridad y defensa sobre la lucha contra el terrorismo y la manera de mejorar la lucha contra la radicalización en internet. Y la cooperación en materia de seguridad exterior y defensa europea. Es una forma de aumentar los presupuestos pero no necesariamente a través de la OTAN, como exige Trump. En política exterior se prevén ratificar los acuerdos de París sobre el cambio climático y los de Minsk -sobre el conflicto de Ucrania-. Se supone que también unificarán criterios para la reunión del G-20 en Hamburgo el 7 y 8 de julio. En materia de migraciones, es el tercer punto, se trata de revisar los acuerdos con Turquía y «los instrumentos creados para atacar las causas profundas de la migración». Además, según la nota de prensa, «la reforma del sistema Europeo Común de Asilo, en particular los principios de responsabilidad y solidaridad»; traducido es la advertencia que le ha hecho el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, a Polonia y Hungría de que si no hay acogida de refugiados, tampoco habrá fondos estructurales. Ellos son los mayores beneficiarios: a las duras y a las maduras. Otro punto es empleo, crecimiento y competitividad: Macron quiere limitar la penetración de empresas no europeas, como ya hace la legislación francesa en sectores estratégicos. Y Merkel ha lanzado la idea de un superministro de Economía de la zona euro con presupuesto europeo; es la primera condición para acercar la protección social y las condiciones sociales en los distintos países. Es el proyecto más ambicioso que hacía falta, más con la crisis, y que puede salir adelante con el eje París-Berlín. El último tema es la negociación del «Brexit», y dentro de ese apartado la reubicación de las agencias de la UE que actualmente tienen su sede en el Reino Unido: la de la Banca y la del Medicamento. Esta es la que el alcalde Echávarri quería para Alicante y Rajoy para Catalunya. ¡Que la suerte les acompañe!, que falta nos va a hacer.

Europa estaba hundida decían. Estaba paralizada. El euro estaba a punto de desaparecer. Y los griegos a punto de salir de la eurozona. Pero como nunca dijo Galileo: y sin embargo, se mueve. Nosotros podemos decir a pesar de los sustos: Y sin embargo, Europa se mueve.