Jaime Oliver se va porque lo que se está elaborando en la cocina franjiverde no le gusta. Entiende que la paella que se está elaborando en la sombra tiene como máximo chef a Quique Pina y cuenta como pinches a García, Maruenda, Segarra y Nohales. Él se ha vuelto a quedar fuera del «MasterChef» franjiverde. En su día, su «fiel» Sepulcre, con el que llegó porque el entonces presidente no encontraba a otro, le hizo poco caso en muchas de las cosas que dice que planteó para evitar el episodio del préstamo que nunca vino y el descenso administrativo. Luego, con Anguix, según sus palabras, estaba para «cortar el césped». Seguidamente, pidió el cese de Juan Serrano y, como colofón, Diego García lo ha ninguneado. ¡Vaya racha! Su dimisión llega dos años y medio tarde porque donde a uno no lo quieren, no puede estar. De lo contrario, es responsable como el que más de todo el desastre. Si de verdad quiere al Elche como pregona, le queda la misión de plantear guerra en la Fundación y conseguir que todos se vayan y dejen paso, como él dice, a gente que no huela al pasado. Que la cocina de «Los Serranos» vuele por los aires. El Elche y su afición se lo agradecerían.
