Isabel Allende, escritora chilena que también cuenta con la nacionalidad estadounidense, es la novelista más leída hoy en día en el idioma español, y una de mis escritoras favoritas. Su primera obra, La casa de los espíritus, se enmarca en el género literario que se ha dado a conocer como realismo mágico por su forma de unir sucesos del entorno cotidiano con hechos fantásticos, y narra una historia ambientada en Chile que va desde principios del siglo XX hasta el golpe de estado de Pinochet a través de la crónica de una familia de apellido Trueba, y tanto de su patriarca como de cuatro generaciones de mujeres.

Y en una reciente entrevista, Isabel Allende habla de que hay que correr riesgos, tener curiosidad por el mundo, y pasar los túneles pensando que siempre habrá una luz al final, y de ello va precisamente su última novela titulada Más allá del invierno, en la que habla del verano invencible que hay dentro de cada uno a pesar del frío y las dificultades.

Y su nuevo libro que es un relato de emigración, de segundas oportunidades y de esperanza en el amor, emerge, según narra la autora, de una frase del novelista y filósofo francés Albert Camus, quien señalaba que en medio del invierno aprendió que había un verano invencible, de modo que al final de todo túnel, por muy oscuro y largo que sea, siempre hay una luz y está el resurgir resplandeciente esperando, por lo que es cuestión de abrir el corazón y estar dispuestos a avanzar con ilusión y confianza, para lo cual es necesario que no importe cometer errores, ya que estos nos permiten aprender para alcanzar nuestros deseos, pues hay que liberarse de la obligación de ser perfecto para ir aprendiendo las lecciones de la vida. Como la de que, en ocasiones y metafóricamente, hay situaciones y momentos en los que parecen congelarse proyectos e ilusiones, que se muestran como detenidos en un instante de invierno, hasta que hacemos surgir la esperanza y la luz propias de un alegre verano que, por cierto, me encanta, con sus largos y luminosos días de sol y sus noches a la luz de las estrellas y de la luna, con tiempo para tener y compartir, así como para saborear la alegría que se respira en el ambiente.

O para leer un nuevo libro de Isabel Allende y disfrutar, tras un buen helado, en este caluroso verano, con su última novela que, ambientada en Nueva York, se inicia con una gran tormenta de nieve para descubrir, tras una lectura que imagino apasionante, qué se encuentra más allá del invierno.