Cuando en los años 70 la comunidad astronómica se volcaba en el desarrollo de telescopios ópticos, K. Thorne propuso una aproximación radicalmente diferente: "escuchar" al cosmos, en vez de "mirarlo", valiéndose de las ondas gravitacionales. Esto nos permitirá obtener información que no es accesible a través de las ondas luminosas.
Piense en un "agujero negro". Su atracción gravitatoria es tan fuerte que no deja escapar ni a la luz; por eso precisamente es "negro" y no podemos verlo. En todo caso, a través de las ondas gravitacionales, podremos "escucharlo". R. Weiss, K. Thorne, B. Barish y la Colaboración Científica LIGO, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2017, son los "directores de orquesta" de esta majestuosa y fascinante "sinfonía cósmica".