El Consell ha decidido que en Fitur no se plante más una hoguera alicantina y que haya un espacio para exponer todas las fiestas de la Comunidad. Está en su derecho. Pero, tras cuatro años levantando un monumento fogueril en la feria de turismo, en Madrid, los festeros alicantinos lo mínimo que se merecían es que se les hubiera comunicado con otras formas. Se han enterado «de extranjis», por una reunión entre técnicos de la Agencia Valenciana de Turismo y los del Patronato Provincial de Turismo, con lo que el presidente de la Federación de Hogueras se siente como si le hubieran despachado con una patada. Tendrán sus razones y seguro que nada tienen que ver con que Las Fallas no quieran montar en Fitur y no les guste que lo hagan Las Hogueras, por aquello de la rivalidad entre las dos fiestas del fuego de la Comunidad. La primera ya Patrimonio de la Humanidad y la segunda a verlas venir como siempre por el desinterés de los políticos que han preferido este año que fuera fiesta el Jueves Santo, por el 19 de marzo que cayó en domingo, antes que el viernes 23 de junio.
