¡Sí, adiós Miguel!. ¡Has cumplido tu ciclo y pasas a un segundo plano, ni siquiera a la reserva, como en el Ejército o en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado!. No me refiero a Miguel Hernández, que también, sino a Miguel de Cervantes, tan admirado él -por lo del Quijote- y «padre» de mogollón de castellanoparlantes en "tol" mundo. ¡Lo del Monasterio de San Millán va a quedar en una anécdota, pese a que allí, según historiadores y estudiosos, nació una lengua tan rica como el castellano o español.