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Isabel Vicente

Un apoyo inmoral

Lo del Barça mostrando su apoyo a Messi después de que el Supremo haya confirmado su condena a 21 meses de cárcel por defraudar más de 4 millones de euros a Hacienda resulta alucinante. Dicen sus directivos que «el Barcelona seguirá ofreciendo siempre este apoyo al jugador» avalando así un comportamiento ilegal e inmoral. Nadie cuestiona la calidad deportiva del futbolista ni las muchas alegrías que está dando al club, pero ¿eso qué tiene que ver con defraudar al fisco, que no es sino robarnos a todos? Es comprensible que la directiva del Barça siga mimando al jugador en su actividad deportiva, pero, si no quieren afearle la conducta a una estrella en la que se miran millones de niños y jóvenes, al menos deberían callar ante sus delitos fiscales y no apoyarle con declaración institucional incluida como si fuera una víctima de un sistema injusto. Eso por no hablar de las decenas de personas que han aclamado al astro del fútbol a su entrada en los juzgados. ¿Qué aplauden? ¿Le animan a seguir robando? ¿Por ser buen deportista tiene bula para saltarse las leyes?

Lo peor es que el caso de Messi es de lo más habitual. Nos hemos instalado en una sociedad dividida en bandos en la que justificamos todo lo que viene de los nuestros y pisoteamos todo lo que viene del contrario. Esto vale para todo tipo de famosos, pero toma un cariz especialmente esperpéntico en el fútbol y en la política. Esos aplausos al delantero argentino en los juzgados tienen su exacta réplica entre los políticos pillados por corrupción que reciben palmadas en la espalda hasta que la porquería les llega al cuello.

La lista de personajes ricos y famosos que han tenido problemas con Hacienda es extensa: desde Montserrat Caballé a Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Plácido Domingo, Borja Thyssen, Isabel Pantoja, Cristiano Ronaldo y un largo etcétera de deportistas, cantantes, actores y políticos, que creen que lo de que «Hacienda somos todos» es un cuento chino.

No sería justo pedir condenas ejemplares para esos que, pese a ganar en un año más de lo que podrían gastar en varias vidas, choricean al fisco, pero que encima gente que no llega a fin de mes les aplauda y les pida autógrafos cuando comparecen ante el juez, evidencia que la estupidez no tienen límites.

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