La velocidad del otoño
De Eric Coble. Reparto: Lola Herrera y Juanjo Artero. Dirección: Magüi Mira.
Una pieza tragicómica única situación en un entorno simplificado. La presencia de Lola Herrera y Juanjo Artero, con el intercambio verbal de los personajes, refuerza significativamente esta emotiva obra del escocés Eric Coble. El conflicto entre ambos evoluciona hasta que la complicidad impone su tesis en La velocidad del otoño, según la versión de Bernabé Rico. La vejez y sus consecuencias adquieren vigor con una lúcida mujer de 81 años, pintora, que sigue con su espíritu libre e independiente como el de su hijo. Pero tiene más. Ella se atrinchera en la casa, quiere estar sola y no acudir a ninguna residencia de mayores. Enfrentada a su familia, dispone de unos cuantos cócteles molotov para volar el edificio si no la dejan en paz. Así que el hijo más joven, después de 20 años de ausencia, es el encargado de sosegar las agitadas aguas. El papel de Lola Herrera parece hecho a su medida. Encaja perfectamente por la edad y el carácter de este personaje recio y sensible a la vez. Esa conexión llega a los espectadores, que en amplio número acudieron al Principal de Alicante, y se ve enriquecida con la función de Juanjo Artero, un notable actor al que ya vimos «bailando con Lola durante seis clases». Imprime veracidad y convicción y compone una buena pareja de intérpretes junto a la veterana actriz, una dama de los escenarios con gran solera. La dirección de Magüi Mira se ajusta limpiamente a las intenciones del dramaturgo y pone el acento en la matizada tarea de los dos. La reflexión es clara sobre el valor de la vejez y el paso de los años. Frente a la idea mercantil de que los viejos son un estorbo improductivo y sobran, existe otra luminosa actitud que el papel de Lola Herrera y ella misma como persona representan. «Leo, pienso, escucho las noticias?», afirma el personaje, quien recuerda detalles de la infancia de su mejor aliado, al que enseñó a saber cuestionar las cosas con cierta pasión y rebeldía. Es gay. Y eso puede potenciar el asunto. O podría ser heterosexual sin que la historia variase. La firme anciana, en la guerra por seguir siendo quien es, «busca la belleza en el último aliento». El público ovacionó de pie y dilatadamente.
