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La leyenda de «Il Dottore»

Desde niño, más que afición siempre sentí pasión por el deporte motociclista. Fracasé (era muy malo) en mi intento de ser piloto pero así y todo me considero una persona afortunada porque he tenido la suerte de ver correr a todos los grandes pilotos de los últimos 50 años. Sin embargo, lo presenciado ayer en el circuito francés de Le Mans rompe todos los cánones y lo supera todo. Independientemente del resultado, que un tío con 38 años y habiendo ganado todo lo habido y por haber le dispute el triunfo como se lo ha disputado a un joven de 22 con gran talento y mucha hambre de gloria rompe todos los guiones establecidos. Con su caída en la última vuelta en Le Mans, Valentino perdió un montón de puntos en la clasificación del campeonato pero agrandó su leyenda. Decir que los pilotos están hechos de otra pasta que el resto de los humanos puede sonar a tópico, pero ellos se encargan de demostrarnos continuamente que hay que tener una casta especial para pilotar una moto de Gran Premio.

Éste es un deporte de riesgo y todos los pilotos lo tienen asumido. Son conscientes de que se pueden hacer mucho daño. Cuando uno se cae de la moto a más de 200 kilómetros por hora su cuerpo no recibe precisamente caricias. Todo esto tiene mucho más mérito si detrás de ti tienes uno de los palmarés más grandes de la historia y el suficiente capital para que varias generaciones tuyas vivan sin ningún tipo de agobios y además tienes una edad (38 años) en la que la mayor parte de los pilotos ya se han retirado. Evidentemente el motociclismo seguirá cuando se retiré Rossi igual que siguió cuando se fueron otros grandes campeones.

Y también Rossi seguirá muy presente cuando ya no corra. No sólo al otro lado del muro de boxes, sino también al otro lado de las vallas. Pero mientras tanto el amarillo que identifica a sus seguidores continuará siendo mayoritario en todos los circuitos.

Jamás en la historia de los mundiales, el motociclismo ha tenido una figura tan mediática como él y no es difícil imaginar que dentro de un par de décadas seguirá muy vivo el amarillo de Rossi. El día que Rossi falte en pista llegará más pronto o más tarde, pero resulta imposible creer que llegue el día que Rossi falte en las gradas.

A sus 38 años «Il Dottore» sigue demostrando su calidad de pilotaje, tesón y sabiduría atesorada. El de Tavullia sigue incrementando su leyenda desde que debutó en el mundial en 1996 con 17 años.

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