En esto de Eurovisión llegamos siempre tarde a todo. Tras el repaso de las canciones que habían competido en la gala, de la que sólo vi en directo las últimas actuaciones, me dio la impresión de que Portugal había llevado un truño de canción. Pero cuán fue mi sorpresa cuando en las votaciones el presunto truño empezó a despegarse de los demás concursantes de una manera aplastante.

Así que decidí escucharla por primera vez, y aprecié que era bella, si bien difícil de aprender, y que el cantante me ponía nerviosa con los gestos que hacía al cantarla. Sinceramente, creo que la Virgen de Fátima tuvo algo que ver con que ganara, pues no empero el concurso fue precisamente el día de la beatificación de sus pastorcillos. Lo que me gustó fue en realidad que ganara una canción más natural de lo que viene siendo habitual en este concurso, en que hay tanto enlatado y falso. Y es que en Eurovisión ya no se sabe lo que es verdad o es mentira, porque casi todas las voces suelen llevar refuerzos de coros, cuando no de la propia voz principal, pregrabados. Y esto es vergonzoso. Mucho arroz para tan poco pollo. Mucho lujo escénico para poca chicha de cantar. Incluso el genial cantante búlgaro, insultantemente joven y para mí la mejor voz del festival, sin contar a las portentosas hermanas holandesas, hizo trampas.

Lo que les decía al principio. Ahora que parece que están volviendo las baladas, España va y presenta a concurso a un niño que se lo tenía demasiado creído para lo normalito que era en todos los sentidos, empezando por sus facultades para cantar. Lo del gallo fue la consecuencia lógica cuando uno carece de técnica vocal. Y no es que la canción fuera muy mala, que las hemos llevado peores, sino que estamos desubicados. Esa canción podría haber valido en los noventa tal vez, pero vamos tarde. Y lo peor es tener que pasar este bochorno de ser de los porras año tras año, por eso de pertenecer al Big Five. Socorro, que nos expulsen de Eurovisión, por caridad. O que dimita alguien al menos. Que yo tras ver la actuación de España casi me apunto a lo del calvo.