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¿Es solo cuestión de torpeza?

La penúltima ineptitud por obra y gracia del tripartito no ha sido más que una nueva falta de respeto (y van...) hacia los aficionados a los toros y, por tanto, hacia la propia ciudadanía. Que el señor Bellido, en aras de un postureo político infame, haya puesto en peligro la celebración de la feria taurina para todos los alicantinos y en juego muchos de los dineros que gestiona el consistorio, dice muy poco de la altura profesional del edil de Compromís.

Los toros vuelven a estar en el punto de mira, si es que han dejado de estarlo alguna vez desde que llegó este «trío calavera» al gobierno local va para dos años. Sin un destino común, sin las ideas claras y con un mar de fondo insoportable entre las tres fuerzas, los aficionados hemos tenido que escuchar desde las descalificaciones de Marisol Moreno hasta el afán de tranquilidad que pretendió transmitir el alcalde Echávarri que ni era un sí ni un no, sino todo lo contrario. Y ahora llega el que faltaba por definirse. Esta izquierda desnortada no responde a la voluntad ciudadana, qué va. Y me atrevo a decir que ni tan solo a quien les votó. Los tres partidos se encuentran en minorías individuales, y no por ello se deslegitima su gobierno. Lo hace, en todo caso, por la torpeza de unos y otros. Y esa defensa de las minorías no la están aplicando a los aficionados al toro que, según ellos, son (somos) cada vez menos. Aunque siga siendo el segundo espectáculo de masas de la ciudad...

La feria ha quedado en suspenso (esperemos que por poco tiempo), como quieren poner en suspenso también la libertad de expresión. El cartel anunciador, con Miguel Hernández como eje, les ha sublevado. ¡Uno de los suyos utilizado para anunciar una feria taurina! Les puedo respetar que estéticamente no les agrade. Ya se sabe aquello de los gustos y los colores. Pero apelar precisamente a que se manipula la figura del poeta, reconocido aficionado y valedor de la tauromaquia...

Pretenden ofrecer una torticera interpretación de esa «memoria histórica» que tan justa parece y tan poco apoyan. Esta izquierda no parece querer memoria histórica, sino revancha. Las dos Españas siguen constituyendo su vital argumento de supervivencia. Pero una cosa es la justicia, y otra muy diferente la venganza. «Tristes guerras / si no es amor la empresa. / Tristes, tristes».

El animalismo ofusca. No quieren llegar, eso sí, hasta el punto de dejar de comer tortilla por sentir el sufrimiento de la gallina, que dijo la presidenta del PACMA, porque no acaban de verlo claro. Un lugar para cuidar animales salvajes abandonados fuera de su hábitat está muy bien, como el Arca de Noé, a no ser que haya otros intereses. Del mascotismo, mejor ni hablamos, porque se nos van a ver las vergüenzas. Y entre tanto, queriendo abolir, prohibir y terminar con una fiesta, la taurina, a la que le han puesto el color de la derecha más rancia.

Otra vez dejando al partido más corrupto de Europa que se apropie de nuestra cultura, de nuestras fiestas, de nuestra bandera. «Tristes armas / si no son las palabras. / Tristes, tristes.»

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