Rajoy ha reaccionado como cree lo adecuado -dar tiempo al tiempo- aprovechando su viaje a Brasil. Y allí ha subrayado que Ignacio González ya está en la cárcel porque «quien la hace la paga». Claro que tras que Esperanza Aguirre dimitiera admitiendo culpa «in vigilando», cabe preguntarse si «quien no la ve, o no la quiere ver, no la paga». Porque es del dominio público que el nuevo fiscal anticorrupción, Manuel Moix, nombrado hace muy poco por el nuevo fiscal general del Estado, José Manuel Maza, intentó frenar la investigación sobre González y tuvo y tiene serios enfrentamientos con el colectivo de fiscales anticorrupción. E incluso en una conversación telefónica, que consta en la causa, el inefable Eduardo Zaplana le dice a González que no se preocupe por el famoso ático de Marbella porque las cosas cambiarían cuando Moix fuera fiscal anticorrupción. Y lo escandaloso es que la conversación es anterior al nombramiento de Moix.

Claro, los grupos parlamentarios de C's y del PSOE van a pedir el cese del fiscal general del Estado y del fiscal anticorrupción «porque es inadmisible que quienes están constitucionalmente encargados de promover la Justicia, realicen actuaciones inequívocamente dirigidas a obstaculizar la tarea de los fiscales que investigan posibles casos de corrupción».

Y hay detalles «escabrosos». Carlos Floriano y Juan Carlos Vera han admitido que fueron avisados por un diputado autonómico del PP de que González tenía una cuenta en Suiza pero que no le dieron credibilidad. Y Rafael Catalá contestó una felicitación de González con un SMS en el que decía que deseaba que se acabaran los líos. ¿Qué líos, los de España o los de González?

Un consultor político conservador escribe: «lo que está sucediendo en el PP de Madrid es una implosión, el peor escenario para un partido ganador. Dinamita en familia? El marco de estabilidad que representaba el PP está perdiendo peso por los episodios de corrupción? se está generando un nuevo espacio de ruptura».

Rajoy creía tener amarrados los votos necesarios para el importante debate de presupuestos de la próxima semana. Es probable que los mantenga, pero las cosas se han complicado y el ambiente está cargado de electricidad. C's y el PSOE pedirán cabezas y Podemos incluso amenaza con una moción de censura al propio Rajoy.