Ya pueden sacar las cuentas que quieran, que en el Ayuntamiento de Alicante ninguna les va a cuadrar para echar a Echávarri de alcalde mediante una moción de censura. Recordemos la composición del pleno: 8 ediles el PP, 6 el PSOE, 5 Guanyar tras perder uno, 5 Ciudadanos, que perdió otro, y tres Compromís. 29 concejales en total, de los que en estos momentos dos son tránsfugas, lo que con la ley en la mano hace que no cuenten para sumar mayorías absolutas que cambien gobiernos. O sea, que o se da el imposible caso de que Guanyar o Compromís le den su voto al PP con el concurso de Ciudadanos, o no hay nada que hacer. Y eso no va a pasar. La otra posibilidad que quedaba era la de la cuestión de confianza. De no haber salido adelante los presupuestos, Echávarri tendría que haberse sometido a una en el plazo de un mes y dimitir en el supuesto de que no obtuviera mayoría de votos, lo que habría provocado una nueva elección de alcalde en la que, de no pactarse una nueva mayoría, el PP habría obtenido la presidencia de la Corporación por haber sido la lista más votada en las elecciones. Por eso era tan importante para Echávarri amarrar el voto de los tránsfugas Belmonte y Sepulcre en aquel pleno. Por eso tanto parabien y tanta moderación previa. Superada la prueba, el alcalde vuelve a la carga. Temblad.