Llega el mes de abril y a los alcoyanos se nos llena el espíritu de alegría y Fiesta. Sobre todo de Fiesta. Los Moros y Cristianos son ya una realidad y no podemos evitar que se nos erice la piel con los pasodobles de la Diana, que se nos ponga un nudo en la garganta cuando vemos al capitán encima de la carroza, que nos emocionemos cuando pasa una procesión, o que nos entre una pena infinita cuando la Aparición dicta el final de la Trilogía. Y es una Fiesta que nos encanta compartir con las miles y miles de personas que nos visitan, que nos gusta mostrar al mundo. Y una Fiesta que ahora sí, por fin, camina decididamente hacia la normalidad, porque eso era algo que nos faltaba, que la Fiesta fuera de todos, pero también de todas.
