Oh, la, la!: la France». Francia sigue siendo, y está en, la encrucijada de Europa. Por su situación geográfica y por su historia: desde la Revolución con mayúscula, hasta el rechazo del proyecto europeo de Constitución, pasando por el mayo del 68, su determinación ha orientado Europa. En un sistema presidencialista como el de la V República la elección de mañana es clave para Europa y para el futuro de la Unión Europea. No pretendo alimentar el patriotismo -o «patrioterismo», según lecturas-, cosa muy difícil por otra parte, y bastante envidiado. Haberlo, haylo. Los cuatro candidatos con más posibilidades llevan, en traducción libre, los siguientes eslóganes: «Francia insumisa. La fuerza del pueblo» ( Jean Luc Mélenchon); «Recuperar el orden de Francia» ( Marine Le Pen, Frente Nacional); «Francia debe ser una oportunidad para todos» ( Emmanuel Macron. ¡En Marcha!); «Una voluntad para Francia» ( François Fillón. Los Republicanos). Incluso el descartado por las encuestas, -y por el primer ministro de su partido- Bernard Hamon candidato oficial del Partido Socialista Francés propugna algo así como «Hacer palpitar el corazón de Francia». De la docena de candidatos el resto no se acuerda de Francia en la publicidad; y los franceses parecen no acordarse de ellos en reciprocidad.

15 minutos para convencer era el título del programa que la segunda cadena de la televisión francesa (RTF. France2) emitió el jueves. Una serie de entrevistas realizadas por Léa Salame y David Pujadas, al alimón, sucesivas, a los doce candidatos con varios apartados: qué presidente quiere ser; aspectos del programa; tema prioritario o «carta blanca»; y cuestiones mundiales. Rematan con una fotografía del candidato que sirve de pie para comentar su trayectoria biográfica. Y culmina con dos minutos de cada uno de los candidatos, en presencia del resto. Y algunos candidatos tratan de dar la nota exhibiendo un ramo de olivo, una llave, un despertador, un libro, una foto,... ahora que el bipartidismo está de capa caída y las vocaciones redentoras proliferan es un formato de programa a tener en cuenta por los colegas.

Los sondeos confirman la ruptura del protagonismo bipartidista, también en Francia, entre republicanos y socialistas. Son cuatro las candidaturas que andan a la par, y a la greña: Marine Le Pen (FN), François Fillón (Republicanos), Emmanuel Macron (exministro de economía del gobierno socialista de Hollande) y Jean Luc Mélenchon (eurodiputado).

La primera incógnita es qué dos candidatos pasarán a la segunda vuelta. O más concretamente si Marine Le Pen, (FN) pasará, lo que parece bastante probable. La candidata de la extrema derecha puede ganar la primera vuelta aunque por poco. Tiene un electorado muy fiel. Según dijo en France2 quiere recuperar de Bruselas el control de fronteras, la capacidad legislativa, la gestión económica y la moneda. O sea, adiós a la Unión Europea. Dice no tener una visión ideológica, sino pragmática. Y ya basta de «culpabilizar a los franceses de forma sistemática». Admiradora de Trump, Merkel no debe caerle bien por lo que dijo. Y reprobó al Gobierno, -«como madre de tres hijos»- no haber hecho nada en materia de seguridad.

Fillón derrotó a Sarkozy en las primarias, y ahora pelea con jueces y fiscales por alguna corruptela que otra. Ex primer ministro, su programa es continuista de los Republicanos y del RPR, la derecha francesa. Acaricia los oídos del funcionariado francés que padecen «bajos salarios» y malas condiciones, asumiendo sus reivindicaciones. Es probablemente el segundo que tiene más posibilidades de pasar, y en mi opinión de ganar la segunda vuelta.

El exministro y candidato socialista, por libre, Macron cuenta con el apoyo del primer ministro Valls -que vengaría así su derrota ante Hamon- hace hincapié en materia de enseñanza, de autonomía de los centros a todos los niveles y de la cultura francesa que, subraya, no es única sino diversa y con una identidad abierta. En materia internacional reclama una mayor coordinación del aliado norteamericano. Es de una juventud envidiable, 39 años, lo que puede perjudicarle.

Por último Mélenchon, es el Podemos trotskista francés, que se replantea los acuerdos europeos: Banco Central, política social y fiscal, fronteras, OTAN, euroejército. Difícil para la Unión Europea. Una nueva Constitución francesa que incluya el referéndum revocatorio. Y subiendo en la encuestas.

Los sosias de Reagan y Thatcher, o sea Trump y May, quieren protagonizar la próxima década, tiempo habrá de seguir sus ocurrencias. Mañana podemos jugar a buscar la flota americana. Quizá mejor disfrutar del Día del Libro, leyendo.