Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Isabel Vicente

Malos tiempos para la lírica

Es normal que los alcaldes quieran dejar para la posteridad alguna de esas obra imperecederas que justifican un mandato y que garantizan su inclusión en la historia de la ciudad. Alicante no va a ser una excepción, y desde que Agatángelo Soler acabó la Explanada, no hay alcalde que no intente dejar su huella con mayor o menor fortuna, y en algunos casos con proyectos de lo más insólitos abocados al fracaso desde su planteamiento, como la construcción de un teleférico del Postiguet al Castillo, de una noria gigante como la de Londres o de un acuario subterráneo en el puerto. Todas estas ocurrencias se pusieron sobre la mesa en los tiempos en los que en València se tiraba la casa por la ventana con la Ciudad de las Artes y el circuito de Fórmula Uno pese a lo cual, por no salir, no salió ni el famoso palacio de Congresos por el que Alperi peleó durante lustros.

Gabriel Echávarri también quiere que se le recuerde por algo más que por su cuadro en la sala de retratos del Ayuntamiento, y de vez en cuando se lanza con algún proyecto más o menos factible como lo del paseo por todo el litoral del término municipal que le tumbó su socio Pavón al día siguiente de presentarlo, y ahora con lo del puente -antes túnel- para unir los muelles de Levante y Poniente y despejar el tráfico de Conde de Vallellano para ampliar la Explanada.

Al margen de las bondades del proyecto -que juzguen los técnicos- y de la dificultad -por ser benévolos-, de conseguir los 82 millones de euros, ¿de verdad esto es lo que necesitamos ahora? El túnel de la Serra Grossa, clave para optimizar el tranvía, está parado desde 2011 por falta de dinero. El nuevo edificio de la Policía Local en San Juan se está deteriorado sin haber llegado a abrirse por falta de dinero. Hay centros de salud pendientes por falta de dinero. No se ha cambiado el cristal del acuario de la Plaza Nueva en su remodelación por falta de dinero. Hay aceras rotas y calzadas abolladas en el centro y en muchos barrios que no se arreglan por falta de dinero... ¿Y vamos a poder gastar 82 millones en el puente y el plan de peatonalización de la Explanada? Ojalá haya para esto y para todo lo demás, pero quizá en estos tiempos de austeridad las autoridades municipales deban apostar por proyectos menos vistosos pero más necesarios y factibles.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats