Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Joaquín Rábago

Theresa May quiere un plebiscito

Si algo caracteriza sobre todo a Theresa May es su gran instinto político, un sentido perfecto de la oportunidad que habría alabado el propio Maquiavelo.

Lo demostró haciéndose con el liderazgo de los tories aprovechando el vacío de poder y la confusión creada por la inesperada victoria del "sí" en el referéndum sobre el Brexit.

Y ha vuelto a demostrarlo esta semana con la convocatoria anticipada de nuevas elecciones el 8 de junio, tres años antes de lo que estaba previsto.

May, que protagonizó un viraje político al apoyar en el último momento un Brexit al que antes se había opuesto, quiere ahora convertir los próximos comicios generales en un plebiscito en torno al mismo.

Se trata esta vez de aprovechar el elemento sorpresa y la inoportuna debilidad y desorientación de los laboristas bajo el liderazgo del representante de su ala izquierda, Jeremy Corbyn.

Como ocurre con otros partidos socialistas, la vieja guardia laborista se resiste a reconocer que si con la Tercera Vía ganó elecciones, fue a cambio de vender su alma al neoliberalismo. Y eso los tiene profundamente divididos.

La derecha, por el contrario, siempre ha sabido dónde están sus intereses, y mejor que nadie lo sabe Theresa May, que quiere aprovechar la división de sus rivales para aumentar su ventaja y negociar con Bruselas desde una posición mayor de fuerza.

Frente al descalabro laborista que parece ya anunciarse, los únicos a quienes pueden beneficiar también las elecciones anticipadas son los Liberales Demócratas y el Partido Nacional Escocés.

Los primeros, que sufrieron una humillante derrota en los pasados comicios, exhibirán ahora la medalla de su decidido europeísmo a fin de atraer a muchos votantes, sobre todo jóvenes, a quienes asusta la salida del país de la UE.

Y el Partido Nacional Escocés, radicalmente opuesto también al Brexit, insistirá en esa línea y contará cada voto que obtenga en junio como un claro apoyo al referéndum de independencia con el que su líder, Nicola Sturgeon, amenaza a Londres.

Si no parece haber pues duda de que Theresa May conseguirá en junio una abultada victoria, dado el actual estado de ánimo de la nación, será a cambio de poner en peligro la paz política y la propia unidad del país. ¿Habrá merecido la pena?

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats