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El moderno arsenal de Donald Trump

El Pentágono innova: enjambres de drones asesinos y "neuroarmas" para hacer soldados biónicos

Ahora que Donald Trump ha celebrado la puesta de largo de la GBU-43 MOAB, la "madre de todas las bombas" -su mayor artefacto no nuclear, capaz de destruirlo todo en un radio de 1,6 kilómetros-, habrá que ir poniéndose al día de las cosas nuevas que los muchachos del Pentágono tienen en los almacenes. El periodista especializado en ciencia John Horgan reflexionaba recientemente en "Scientific American" sobre cómo nuestra devoción por la innovación tecnológica, aplicada al terreno armamentístico, puede ponernos en serios aprietos. Horgan cita en su artículo al economista y profesor de Administración de Empresas de Yale Paul Bracken, que ha bautizado al Pentágono como "la madre de todas las empresas de capital riesgo". Nadie tiene tanto dinero para invertir en I+D que ellos. Nadie, ni siquiera en Silicon Valley, es tan "disruptivo" como ellos.

¿Y en qué están trabajando para sorprendernos? Pues en tres líneas principales: drones, neuroarmas y un nuevo poder nuclear. Los drones, para espiar o matar, ya los hay como las bofetadas. Desde el "Global Hawk" (36 metros de envergadura) al "Switchblade", del tamaño de una baguette para envolver un explosivo como una granada. "La investigación ahora apunta a la creación de microdrones que imitan a aves e insectos y que pueden ser liberados en enjambres", añade Horgan. El cerebro es un arma cargada de futuro. El Departamento de Defensa de Estados Unidos (DOD), cita Horgan, gastó 350 millones de dólares en neurociencia cognitiva durante 2011. La mitad de los fondos de la llamada "Iniciativa del Cerebro" que puso en marcha Obama tenía origen en el DOD. Este programa trata de descifrar cómo es el "código neuronal", el software de nuestro cerebro, y en otras tecnologías como la optogenética, el control de las neuronas mediante dispositivos lumínicos implantados. En este punto Horgan reflexiona: "Si los científicos rompen el código neuronal, todo tipo de escenarios de ciencia ficción son posibles, incluyendo tecnologías para la lectura, control o mejora de la mente". Así lo ve el Ejército americano en una publicación propia: "Esto cambiará la forma en la que los soldados lucharán en un futuro cercano". Soldados biónicos.

Por último, nuevas armas nucleares. Horgan subraya que fue precisamente un premio Nobel de la Paz llamado Barack Obama quien aprobó un gasto de un billón de dólares anuales durante décadas para mejorar el arsenal nuclear de EE UU. El presidente lo vendió como un proceso de renovación de instalaciones envejecidas. "Pero esto también conlleva un montón de innovación", advierte el especialista de "Scientific American", quien añade que las nuevas ojivas nucleares han sido mejoradas para ser más letales frente a objetivos blindados, como silos de misiles o centros subterráneos de control. Como ven, la despensa del Pentágono está llena.

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