Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Hacer el gamba

Ramón Espinar, de Podemos, ha puesto en Twitter las fotos de una mariscada y se ha liado parda. Eso le pasa por no fotografiar manzanas.

Espinar ha indignado a los que creen que los rojos han de alimentarse sólo de lechuga, pero concedamos que este senador podemita va bien encaminado en la competición para ver quién es el más torpe en esto de la política. Salvo cuando se trata de vender bien un piso, no da una.

Bueno, cuando se trata de putear a la Coca Cola, tampoco.

Recordarán: luego de propugnar el boicot para la chispa de la vida va y se pide dos en el comedor del Senado. Pese a eso, su figura política se va descafeinando. Tiranzo a Zero. Todo el mundo pone fotos de mariscos en Twitter, de hecho, el símbolo de la red social tendría que ser un langostino y no un pájaro. También se ponen fotos de paellas, de barbacoas y de pies. Sobre todo ahora en verano. La gente es que cree que los demás pensamos que no tienen pies y entonces se los fotografían y nos los muestran.

Desde aquí os lo digo muy clarito: ya sé que tenéis pies, quesos, habas.

Gracias. Los pies son feos por definición, pero también lo son las cigalas y las nécoras y no digamos las conchas finas o los bolos y las quisquillas. Así está el país, que hace fotogénico a lo más feo. Abres el Twitter y hay pies y camarones. Para ver cosas bellas tienes que irte a Instagram o a un beach club de Marbella o al Facebook, donde están los amigos, que también lo son porque a veces ponen chorradas y a veces te hielan el alma. Espinar ha dicho que su marisco era barato. Nadie le ha preguntado. No hay que ser cutre. Se sienta a comer marisco en Galicia (una forma refinada de estar en el paraíso) y lo que recalca es que es barato. De otro lado: ¿qué significa barato? El que suscribe sería capaz de pagar no lo que no tiene por una buena mariscada en Galicia. Sería incluso capaz de hacerle una foto y mandársela a los enemigos para darles envidia. Claro que uno no es portavoz en el Senado, como Espinar.

Portavoz en el Senado, suena a casta rancia. Todo el mundo tiene derecho a compartir los homenajes que se pega, a condición de que previamente no dé la chapa a los que se pegan homenajes. Espinar tiene futuro como prescriptor gastronómico, no como predicador político. Le falta enseñar los pies.

Claro que a lo mejor le hacen falta para hacer política. No parece que sea la cabeza lo que emplea. Debería saber que hay gente esperándolo para ponerlo a caer de un burro, o de un percebe, cada vez que se tire un peo en Twitter. Aunque no conviene darle ideas. O bueno sí. Podría interiorizar una, subir al atril del Senado y compartirla. Y no hacer el gamba.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats