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Escocia versus Inglaterra: cuestión de prioridades

Leo en la prensa británica que Escocia va a suministrar a las enfermas de cáncer de mama un fármaco que otras partes del Reino Unido como Inglaterra y Gales se han negado hasta ahora a costear por su elevado precio.

El National Health Service (servicio nacional de salud) inglés, otrora modélico, entabló por otro lado una batalla legal para evitar que se financiase con dinero público otro fármaco que limita en un 90 por ciento el riesgo de contraer el sida.

Los contribuyentes ingleses se consideran discriminados por no tener el mismo acceso a los fármacos que los escoceses y critican el que se "subvencionen" con los impuestos de todos tratamientos de los que ellos mismos están excluidos.

Ese trato desigual se basa en la llamada fórmula Barnett, que establece el nivel de las transferencias estatales que reciben los gobiernos autónomos como es el caso del de Escocia.

El gasto público per cápita en Escocia es de 10.500 libras esterlinas (unos 12.354 euros) frente a 8.000 (9.413 euros) en Inglaterra y ello repercute también en las asignaciones sanitarias, más generosas en aquella parte del país.

El Consorcio Escocés de Medicinas recomendó el uso rutinario del fármaco Kadcyla, que prolonga en nueve meses por término medio la vida de las enfermas de un cáncer de mama incurable, según The Times.

Y su aprobación en Escocia aumentará la presión popular sobre el Instituto Nacional de la Salud y Excelencia Clínica de Inglaterra (Nice por sus siglas inglesas) para que llegue a un acuerdo con su fabricante suizo.

Ese instituto decidió el pasado diciembre que el coste de 90.000 libras (10.467 euros) por paciente era demasiado elevado y criticó al laboratorio Roche por negarse a rebajarlo.

Las autoridades sanitarias de Escocia, sin embargo, decidieron aprobar su uso pese a reconocer que la relación entre coste y eficacia dejaba que desear.

Escocia se ha convertido también en la primera parte del Reino Unido en proporcionar el tratamiento profiláctico PrEP contra el sida, lo que aumentará también en ese caso la presión sobre el NHS de Inglaterra.

Según The Times, en el caso del fármaco contra el cáncer de mama, el citado laboratorio suizo se ha negado durante tres años a rebajar su precio a pesar de las presiones de las autoridades sanitarias británicas.

A pesar de todo, el que los escoceses hayan aceptado financiar ese y otros fármacos y los ingleses, por el momento, no, es sólo cuestión de prioridades. Como el hecho de que la educación universitaria sea también gratuita en Escocia y no en Inglaterra.

Hay gobiernos que se olvidan demasiado fácilmente de sus enfermos y creen más importante gastar, por ejemplo, en sus Fuerzas Armadas.

¿Y qué decir, por otro lado, de la codicia de todos esos laboratorios que sólo parecen pensar en sus accionistas y no en los sufrimientos de tanta gente?

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