Me preguntan y respondo que me gusta escribir para reflejar mis ideas y sentimientos, viendo cómo nacen los verbos y se forman las frases, me encanta la sensación de releer una y otra vez lo escrito, narrar mi realidad y también lo que imagino.

Y cambiar términos y suprimir o añadir voces, y al día siguiente empezar de nuevo porque me encantan las palabras y la lectura y porque desearía conocer lo que vendrá a continuación porque el acto de escribir me fascina. Para mí es un reto, una pasión, una emoción.

Y, además, sigo escribiendo por todos los que me han dicho que les gusta como lo hago, o que mis libros y artículos les han ayudado de alguna manera, pero también para entenderme mejor y ayudarme a mí misma. Así como para continuar un proyecto por el que sigo teniendo la misma ilusión que inspiró mi primer libro, cuyos pilares son también el trabajo personal con mis pacientes y la aplicación de las técnicas y habilidades que con la práctica y el ejercicio profesional he ido adquiriendo y desarrollando.

Tengo el convencimiento de que cuidando nuestros pensamientos y nuestra actitud podemos disfrutar más de la vida con independencia de las circunstancias, ser más felices y enfrentarnos con mayor entereza a las dificultades que puedan aparecer.

Y para ello, defiendo en mi último libro que si no somos felices no podemos hacer felices a los demás, por lo que tenemos que mirar hacia nosotros y amarnos para, sintiéndonos plenos y satisfechos, poder atender en su caso las necesidades y sentimientos de los demás.

Mi propósito es escribir sólo los libros que me gustaría leer y aspiro a que todos sean amenos y divertidos, pero a la vez didácticos y formativos.

Me gusta imaginar que buscas un libro, que te fijas en el mío y que te gustan la portada, el título y el índice, y que te atraen los capítulos.

Y te emocionas, lo lees, y es uno de tus libros de cabecera. Y lo tienes en tu mesilla de noche, lo repasas, lo subrayas, lo disfrutas y te entretiene, a la vez hace que reflexiones que la felicidad es una elección, que no depende tanto de lo que nos sucede como de la forma en que lo interpretamos.

Y que la actitud mental positiva y el optimismo inteligente son habilidades que se pueden desarrollar, como también la serenidad, el sentido del humor, la fuerza de voluntad o la gratitud, así como otras cualidades y valores, que nos permitirán seguir en la senda del crecimiento personal.

Mi segundo libro titulado El efecto tarta, editado por Planeta, está ya en todas las librerías, y el próximo viernes, cinco de mayo, lo presentaré en los salones del Club INFORMACIÓN.

Aspiro a que resulte muy provechoso y útil a todos aquellos que deseen descubrir las técnicas y habilidades emocionales que en él se relatan, y en qué consiste, claro, El efecto tarta, que es el título de la obra.

Y me alegra estar ya escribiendo mi tercer libro, y mis habituales artículos para el periódico INFORMACIÓN y otros medios.

Y que me encante leer. Y que a ti también, querido lector, querida lectora, te pueda gustar lo que escribo.