A estas alturas, huelga decir que todo arte es conceptual, como todo objeto hecho por el ser humano es producto de un tiempo, de una sociedad. Un sillón de la época de Luis XIV tiene unas características muy diferentes a un sillón diseñado en la Bauhaus (1919-1933). Diferencias que todo el mundo puede identificar con los poderes e ideas que dominaron en su momento: una concepción del espacio, del lujo, de lo decorativo, de la comodidad, pero también del ser humano, de sus derechos y libertades? El arte también encierra toda una construcción conceptual en cuanto es realizado por el individuo social, político?, pero lo específico de la obra artística es la interpretación que hace del lenguaje artístico, del lenguaplástico, aunque la filosofía, la sociología, la teoría puedan desarrollar un discurso paralelo. En la deriva que está tomando la exposición de arte en la actualidad, nos encontramos con una dependencia excesiva de la obra con respecto al texto que la presenta en la sala, y por ello también del espectador no experto, que se ve incapaz de situar la obra sin este apoyo retórico.
En pleno siglo XX, los cortes de Lucio Fontana en el lienzo en blanco crearon una tensión en la dimensión espacial del plano pictórico, evidenciando la acción, la transgresión de la incisión, fusionando plano y volumen. Se abría un nuevo campo de experimentación, una puerta al futuro. Así la introducción de técnicas artesanales, el cosido, el bordado, por artistas mujeres, ha ido concretando una perspectiva diferente en el arte. Referentes plásticos obligados para hablar de Raquel Puerta-Varó. Pero en la actualidad se ha llegado al contrasentido de tener que explicar en un texto escrito lo que debe ser entendido primero como impacto visual, ya que de arte visual hablamos, explicitando el porqué un autor o autora está en determinado campo de la expresión artística, clasificando su obra en un género del arte. El espectador debe ser atrapado por los valores inherentes al arte plástico, que busca, con el impacto visual, remover los conceptos plásticos que tenemos asumidos. Si se antepone el texto, el género, la clasificación, lo que debe pensar el espectador, ciertamente esto sustituye a la obra e invalida su efecto.
Raquel Puerta-Varó busca este impacto con una estética de formas puras, con telas naturales, símbolos como el imperdible, el cosido, los cortes. Pero en el planteamiento expositivo, en Bardín, nos encontramos con este juego entre valor predeterminado y obra en si, en el que la propia obra se ve condicionada por lo ambicioso del proyecto teórico, aludiendo a unos principios y a unos pensadores del siglo XX que han dado lugar a una variedad muy extensa y compleja de desarrollos artísticos.
